_
_
_
_
FIRMA INVITADA | SIGNOS
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

aGEnBiTe oF iNWiT

Así de raro es su nombre. O su apodo fingido. Porque no estamos ante un pseudónimo más o menos ingenioso. No: aGEnBiTe oF iNWiT, con su distribución aleatoria de mayúsculas y minúsculas, es otra cosa. ¿Una fábula de la literatura inglesa del siglo XIII? ¿Una frase que Joyce manipulaba en su Ulises para forjar el interior de Leopold Bloom? ¿El remordimiento más hiriente del mundo? ¿La sutil incomodidad ante esa vieja costumbre de empezarlo todo con mayúscula?

No se sabe. Quizás haya que contentarse con uno de los escasos datos que tenemos sobre la persona que se esconde bajo ese antifaz: "proyecto de escritura de identidad inaprensible". En eso consiste aGEnBiTe oF iNWiT: lo leemos en las Vitolas del Anaïs (Cuadernos del Vigía, Granada, 2007), donde se incluye un poema suyo; veamos la primera estrofa: "Hay perros convencidos / de que un hueso seco / es el mejor manjar sobre la tierra. / Los vemos revolcarse de alegría. // Desconocen la carne y su textura. / Son felices".

Para construirse esa "identidad inaprensible", desde junio de 2003, se cuenta con un blog (www.inwit.tk): cada mes un poema, un puñado de líneas para andar un camino contrario: "No pensamos que haya que ser 'sensible' para escribir poesía, no creemos que haya que cambiar el tono de la voz para recitarla, no queremos que nos roben lo que debe ser de todos. Finalmente, no queremos llamar arte a lo que es artesanía".

aGEnBiTe oF iNWiT ganó el Accésit del Premio García Lorca de la Universidad de Granada, en 2006, con su libro de poemas Extensión mínima (Granada, 2007), en la calle desde hace pocos días bajo la bandera del Copyleft: "Empecé a escribir y luego me cansé, miraba alrededor y sólo veía poetas en busca de la fama", me dice clavándome su iris casi pelirrojo, un iris del mismo color que el color escurridizo de su barba, colores que guardan entre sí la misma relación que guarda su escritura con la inteligente etiqueta escogida para alejarse de la vida literaria. No firma los poemas con su nombre porque quien lleva su nombre inició la retirada: "no me gusta el mercadeo poético", repite varias veces. Prefiere la otra vida, la que vale la pena. Tal vez sus poemas no sean del todo suyos. Pero tampoco son de nadie. "No quiero encontrarme con lo otro, no busco lo otro, tal vez lo que yo quiera ser es ninguna".

Cuando no escribe poemas, iNWiT toca la batería en una banda de rock y de música prístina (así autocalifican su música) que se hace llamar La Barca de Sua (imprescindible visitar el sitio www.labarcadesua.org); además, dentro de pocos meses, andará instalando tres sismógrafos en la Península Antártica (los caminos de la literatura son inescrutables); y ahora, probablemente, estará maldiciéndome por haber escrito estas líneas: "es posible que gane este certamen / y reciba llamadas de los medios / tan bien intencionados / y entonces me verán en los papeles / mentir junto a los pocos / dormir entre cabrones en las hemerotecas / eso es lo que me espera si es que gano".

José Carlos Rosales es autor del poemario El desierto, la arena.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_