Una ley pensada para "reorientar" a los delincuentes más jóvenes
La primera Ley del Menor, la que se aplicó a tres de los cuatro asesinos de Sandra Palo, fue aprobada en enero de 2000, bajo gobierno del PP y con la abstención del PSOE. Apenas tres años después -con la polémica viva por el asesinato de Palo-, el propio PP anunció que quería endurecer su ley, y comenzó a negociar con los partidos para hacerlo. Pero esa reforma ya no la acometieron los populares, sino el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. La nueva Ley del Menor fue aprobada a finales del año pasado con la oposición del PP (que la sigue considerando demasiado blanda) y de IU (que la juzga demasiado dura).
- La fórmula del internamiento. Aquella primera ley establecía tres tramos penales en función de la edad: los menores de hasta 13 años eran considerados impunes -y eso se ha mantenido: no se les puede aplicar castigo aunque cometan un delito-; para quienes tuvieran 14 o 15 años, la pena máxima (por violación, asesinato o terrorismo) era el internamiento en un centro de menores durante cuatro años, más otros tres de libertad vigilada; por fin, los adolescentes de 16 y 17 años afrontaban un máximo de ocho años de internamiento. En ningún caso se contemplaron penas de cárcel.
- El 'caso Sandra Palo'. Sandra Palo fue violada, atropellada y quemada viva el 17 de mayo de 2003 por cuatro amigos: tres menores y un mayor de edad. Éste fue condenado a 64 años de cárcel, pero a los otros tres se les aplicó la Ley del Menor: J. M. R. y R. S. G., que tenían 17 años cuando asesinaron a Palo, cumplen todavía una pena de ocho años de internamiento; R. G. F., El Rafita, de 14 años, fue condenado a cuatro de internamiento y otros tres de libertad vigilada. Por eso acaba de salir del centro, ante la impotencia de los padres de la víctima.
El espíritu de la ley era que las penas debían ser relativamente suaves para favorecer la reinserción de delincuentes tan jóvenes. Y ese espíritu sigue vigente en la nueva ley: "El objetivo prioritario [del internamiento] es disponer de un ambiente que provea de las condiciones educativas adecuadas para que el menor pueda reorientar aquellas deficiencias que han caracterizado su comportamiento antisocial", reza el texto.
- Las penas previstas en la nueva ley. La filosofía es la misma, pero las penas se han endurecido en la reforma aprobada el pasado noviembre, al menos para el tramo de delincuentes de 14 y 15 años: El Rafita habría sido condenado hoy a cinco años de internamiento (en lugar de cuatro), y el último año, ya cumplida la mayoría de edad, podría haberlo pasado en la cárcel si el juez lo hubiera creído conveniente.
- Lo que pide el PP. Los populares creen que esos castigos siguen siendo muy suaves. Reclaman penas más altas en todos los casos, rebajar la edad penal a los 12 años para delitos muy graves, y promover el paso a prisión en más supuestos de los que existen ahora.
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