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Reportaje:

Fuentetaja se mueve 50 metros

La librería estrena local en el número 35 de la calle de San Bernardo mientras intenta convertir el antiguo, en el 48, en un centro cultural

Patricia Ortega Dolz

Hay una librería en Madrid que oculta en sus sótanos las tres cajas fuertes del antiguo Banco Central Hispano. Como las cajas chinas, están unas dentro de otras. De tal manera que, tras una gruesa puerta de hierro verde con manivela giratoria, se abre otra habitación con otras dos cajas incrustadas en la pared. Allí ahora se almacenan decenas de libros. Son sólo unos pocos de los más de 150.000 con los que cuenta Fuentetaja, la emblemática librería de Madrid que desde hace unos días ha cambiado su sede del número 48 a ese local en el número 35 de la misma calle de San Bernardo. Exactamente el mismo sitio donde, además del banco, estuvo la sede de Emilia Pardo Bazán, el Gran Café de San Bernardo en los años veinte y la sede de los Seguros Mercurio, hasta hace unos días.

Javier Ayuso, el dueño de Fuentetaja, es como el personaje del cuento de Jean Giono: "El hombre que plantaba árboles". En sus 65 años de vida, aparte de convertir su afición de comprar y vender libros en su medio de vida, ha plantado más de 44.300 árboles en un pueblecito de Guadalajara. El mismo pueblo donde fabricó las estanterías que hoy revisten las paredes de su librería. También se las ha llevado a esa nueva sede de la calle de San Bernardo, mucho más grande, con dos plantas (además de ese curioso sótano) y con una novedad destacable: una pequeña cafetería con sofás para sentarse a leer.

El traslado no ha sido voluntario. El histórico edificio del siglo XIX en el número 48 fue la casa de Fuentetaja y del propio Ayuso (que tenía su vivienda en la primera planta) durante los últimos 46 años y ahora está siendo demolido ante el temor de que se cayese por sí solo. El pasado mes de marzo las grietas resquebrajaron la fachada de este edificio, protegido por su particular corrala. Fueron la señal de alerta máxima y obligaron a cerrar la librería a cal y canto desde entonces hasta ahora, cuando está reanudando su vida en el nuevo emplazamiento.

Sin embargo, no todo de lo que fue Fuentetaja está perdido. Más bien al contrario. El "utópico" Ayuso, que tiene la cabeza llena de ideas y de frases célebres de unos y otros literatos, ha presentado su nuevo proyecto a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento. Podía haber convertido aquella finca en un montón de caros apartamentos. Pero su idea pasa por cambiar el tipo de uso del inmueble (de residencial a terciario), aunque sea a costa de que pierda valor en el mercado. Está empeñado en convertirlo en un "centro cultural de referencia para la Comunidad de Madrid".

"Todo está en manos de la burocracia desde el año 2005 que nos lo planteamos y presentamos el proyecto en el consistorio", cuenta Ayuso, que desde hace tiempo, y a raíz de una relación personal con su padre, mantiene una relación epistolar con el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón a ese respecto. "Siempre se ha mostrado muy a favor del proyecto", agrega.

Ayuso todavía no termina de creerse del todo la suerte que ha tenido al encontrar el nuevo emplazamiento para su librería tan sólo 13 números más abajo de la misma calle.

"Salíamos de tomar un café y vimos este local. Llamamos por teléfono y resultó que el gerente de Seguros Mercurio, que era la empresa propietaria del inmueble, es un apasionado de la cultura, un hombre que había pertenecido a la Institución Libre de Enseñanza y que había trabajado en la Residencia de Estudiantes. Esto ha facilitado mucho las cosas, a pesar de que inicialmente no quería ni vender ni alquilar", cuenta un amigo de Ayuso.

Mientras se tramitan los permisos para el proyecto del posible centro cultural, el hombre que planta árboles, sigue inventariando libros y abriendo cajas que terminen de llenar las históricas estanterías de su nueva librería.

En un rincón de la "nueva" Fuentetaja, Ayuso ha colocado a la que se ha convertido en la patrona de su librería. La sacó de un vertedero. Es una virgen de sonrisa enigmática y mirada cándida y una mano, aparentemente de un niño, sostiene su barbilla como jugando. Según Ayuso, es la que en Cataluña se conoce popularmente como Moreneta, la Virgen de Monserrat. Y él mismo escribirá su historia en una esquina del cuadro restaurado: "Las catacumbas fueron el suicidio visual de los cristianos. Y yo, a esta Moreneta la salvé de los escombros, cuando un camión la conducía al calvario de la destrucción. Hoy preside el ocio de la lectura como Notaria Mayor de la librería". Ahí queda eso.

Una zona de la nueva sede de la librería Fuentetaja.
Una zona de la nueva sede de la librería Fuentetaja.MANUEL ESCALERA

La corrala literaria

El número 48 de la calle de San Bernardo es un edificio del siglo XIX, que está protegido por su magnífica corrala. Hasta hace unos meses ha sido el lugar que ha albergado en su planta baja a la librería Fuentetaja. Pero hace algo más de un año el edificio empezó a hundirse y sus muros se vencieron. La librería y todos sus libros tuvieron que "huir". También lo hizo Jesús Ayuso, el dueño, que tenía su casa en la segunda planta del inmueble, comprado por él y sus 11 socios en 2001. Se fueron todos, pero para volver. Ahora que el edificio está "en proceso de deconstrucción", como dice Ayuso, el proyecto previsto para ese lugar toma forma y ya ha sido presentado a la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento.

Ayuso y sus socios quieren convertir el edificio en un "Centro Cultural de referencia". En los planos que han presentado ya puede verse que la corrala sería una especie de sala multiusos (exposiciones, conciertos, conferencias...) con un techo de cristal por el que entraría la luz natural y una cafetería al fondo. Alrededor estaría la librería por secciones (desde gastronomía hasta Arte). En la primera planta estarían los talleres de lectura y escritura. Y en la segunda, los despachos y una sala de proyecciones, otra de actividades culturales y una zona de regalos. Pero como dice Ayuso: "Aún todo por aprobar, permiso a permiso; la cultura en manos de los burócratas".

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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