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Los etarras que huyeron en Ayamonte habían recogido información sobre objetivos en Sevilla

Interior investiga las llamadas realizadas por los terroristas antes de abandonar los explosivos

Los etarras que el jueves pasado abandonaron un coche cargado con 130 kilos de explosivo en la autovía que enlaza Sevilla con la frontera portuguesa a la altura del municipio onubense de Ayamonte habían recogido previamente información sobre posibles objetivos en la capital andaluza, según fuentes de la lucha antiterrorista. Interior trata de comprobar ahora si los terroristas han logrado desplegar infraestructura estable en Sevilla, donde se está buscando un piso franco. Los agentes investigan las llamadas realizadas por los terroristas al encontrarse con el control policial que frustró su viaje.

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Interior refuerza la vigilancia en las zonas turísticas

Una de las conclusiones a las que Interior ha llegado después de que los terroristas abandonaran los explosivos -suficientes para fabricar ocho bombas- en la autovía A-49 a la altura de Ayamonte es que ETA ha cambiado su estrategia tradicional para cometer atentados. Del clásico comando provincial han pasado a grupos con un ámbito territorial de acción mucho mayor. El objetivo de los terroristas es llevar a cabo menos de una decena de acciones con la mínima infraestructura posible antes de desaparecer.

Eso es lo que supuestamente pretendían los que huyeron el pasado jueves cuando se dirigían a Portugal después de que los etarras que viajaban en el vehículo lanzadera (que vigilaban que la carretera estuviera despejada de agentes) se acercaran a un control policial cercano a la frontera, dando la alarma a los que transportaban los explosivos, que decidieron abandonar el vehículo, según Interior. Fuentes antiterroristas aseguran que se ha incrementado la vigilancia en las zonas costeras y turísticas en previsión de que la banda inicie una campaña de atentados contra estos objetivos.

Un plano de la ciudad

Además del material para fabricar bombas, los agentes encontraron en el interior del coche varios objetos que han abierto varias líneas de investigación. Uno de ellos era un plano de Sevilla, según fuentes de la lucha antiterrorista, aunque Interior no lo confirma. Los agentes han confirmado que los miembros del comando terrorista estuvieron en esa ciudad recopilando información sobre posibles objetivos.

La policía sospecha que los etarras podrían tener en esa ciudad algún tipo de infraestructura, como por ejemplo un piso franco, donde puedan esconderse los presuntos etarras. Sevilla ha sido una de las ciudades tradicionalmente elegidas por ETA para renovar sus campañas de atentados tras las treguas.

Los presuntos miembros de ETA también se olvidaron dos teléfonos móviles y un disco compacto, cuyo contenido se está investigando. Fuentes de la lucha antiterrorista aseguran que se está cotejando cada una de las llamadas recibidas por los distintos repetidores de telefonía móvil que se encuentran entre Ayamonte y Cartaya entre las nueve y las 11 y media de la mañana del jueves, cuando los etarras dejaron el vehículo en la cuneta. El objetivo es localizar la efectuada por los que iban en el primer vehículo para avisar a los del segundo de la presencia de la Guardia Civil y la policía portuguesa. Otra de las hipótesis que se investigan es que los terroristas mantuvieran una cita en el lugar donde dejaron el pasado jueves el coche polvorín.

El teniente general Leonel Carvalho, jefe del gabinete que coordina las fuerzas de seguridad de Portugal, reconoció el pasado viernes la posibilidad de que existiera infraestructura etarra camuflada en el sur del país, por lo que los agentes portugueses también buscan la vivienda que los etarras pudieran utilizar como base, ya que, entre los enseres que dejaron en el coche se encontraba ropa y una decena de libros, como si el viaje fuera para cierto tiempo.

En el vehículo abandonado, un Ford Focus familiar, viajaba una sola persona, según fuentes de la investigación. El coche fue alquilado el pasado martes a la empresa Rentilusa Locaçao en su oficina de Lisboa. El arrendatario respondía al nombre de Unai Arrieta, un supuesto miembro legal (no fichado) de ETA.

Pocos kilómetros

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró el sábado que el vehículo había recorrido pocos kilómetros desde que fue alquilado, por lo que descartó, en principio, que los etarras lo hubieran usado para viajar hasta Francia a recoger los explosivos y después bajar aprovechando la noche hasta Andalucía.

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