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El club azulgrana ultima el fichaje de Touré

Jordi Quixano

El Barcelona quiere regresar a sus orígenes más recientes, a la renovación iniciada desde que el presidente, Joan Laporta, fichara a Ronaldinho, refrescara la confianza en Frank Rijkaard en diciembre de 2003, cuando el equipo naufragaba, y vistiera a Davids como medio centro azulgrana. Ronaldinho le cambió la cara al equipo con su sonrisa y el holandés le dotó de carácter, pillería y confianza. Pero se degastó la obra y los jugadores reclamaron paciencia al tiempo que desde la directiva les tildaban de indisciplinados. Ahora, Laporta inicia su segundo mandato con la misma idea y distintos nombres. Touré, en el eje; Henry, arriba.

A falta de unos pequeños flecos por resolver entre el representante del jugador, Dimitri Selluyk, y el Mónaco -se dividen los 12 millones de euros del Barça-, Touré ya es azulgrana para las próximos cuatro cursos. Con un despliegue físico tremendo, Rijkaard ya tiene el sucesor de Davids. Probó con Edmilson, que se lució un tiempo, pero se desbravó como su maltrecha rodilla derecha. Lo intentó con Márquez, estelar en momentos esporádicos, pero descentrado por su vaivén entre la media y la zaga, donde Rijkaard le prefiere para dar salida a la pelota. Y ensayó con Deco, Xavi e Iniesta, que aportan tanto dinamismo a la circulación del balón como fragilidad defensiva. Llega Touré, generoso en el esfuerzo, pero limitado en el apartado técnico. No le importa a Rijkaard, que a esa demarcación le exige robar el cuero, mantener las líneas unidas, cubrir el hueco que deja el lateral con sus subidas y practicar coberturas con el eje de la zaga.

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Tan rápido como inteligente en sus movimientos, Henry puede jugar de ariete o un tanto escorado a la banda. La izquierda, preferiblemente. Entre otras razones, porque su golpeo favorito es con el interior del pie, buscando la rosca y el palo contrario. Está por ver qué puesto ocupa en el Barça, a quién del tridente -Messi, Eto'o y Ronaldinho- desbanca. Si no juega Messi, el Barça pierde descaro y verticalidad. Si no participa Eto'o, se echa de menos el gol y el inicio de la presión. Y, si no está Ronaldinho, faltan espacios -porque le marcan con dos defensas- e inventiva. Henry tiene un poco de todo. Falta encajar la pieza.

Eto'o: "Rijkaard es el mejor"

Después de una temporada salpicada por sus polémicas declaraciones, Eto'o mostró ayer su cara más pacífica. "No tengo ningún problema con Rijkaard. Es el mejor entrenador que hay", aseguró el camerunés, negando así el supuesto enfrentamiento entre ambos. Y también se refirió a Ronaldinho: "Parece una pelea entre marido y mujer, pero siempre nos reconciliamos".

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