Calderón se esconde
El presidente del Madrid sostiene que no ha negociado con Schuster y delega en Mijatovic la decisión sobre el futuro de Capello
Ramón Calderón todavía se siente un candidato a la presidencia del Real Madrid. Ganó las elecciones en julio de 2006, pero es como si siguiera en campaña electoral. Ayer, en un desayuno con la prensa, habló durante 40 minutos. Casi sin respirar. Su monólogo parecía más bien un discurso de investidura que una charla informal con los periodistas. Utilizó expresiones como "ilusión", "equilibrio en el equipo", "explotación de marcas en otros mercados" y "nuevo proyecto". Además, planteó que el Madrid borre definitivamente el término galáctico de su vocabulario.
Son las mismas palabras que salieron de su boca hace un año en la carpa que su candidatura montó en el Palacio de Congresos, enfrente del estadio Bernabéu. ¿Y el proyecto deportivo? "Yo de eso no sé nada. Si es que a mí también me gustaría saber quién será el nuevo entrenador y cuáles serán los nuevos fichajes...", se defendió Calderón, que insistió en atribuir formalmente a Pedja Mijatovic, el director deportivo del club, todo el poder de decisión.
"Necesita que siga Mijatovic para cubrirse las espaldas", según fuentes del club
Su postura no responde a ninguna misión filantrópica, sino a intereses personales. Calderón -decidió en el pasado mes de febrero que Bernd Schuster se sentara en el banquillo en la próxima temporada- ha encontrado en Mijatovic la coartada perfecta para despedir a Fabio Capello. "El presidente necesita que se quede Mijatovic porque tiene que responsabilizar a alguien por su determinación de desprenderse de Capello. Teme que sea impopular y quiere cubrirse las espaldas sin asumir la responsabilidad. Él es quien decide, pero, de cara al público, no lo admitirá", dicen fuentes de la cúpula del club.
El mismo Calderón lo dio a entender ayer. ¿Por qué el Madrid es el único equipo que, cuando gana, echa al entrenador?, se le preguntó. "Eso también me pregunto yo", contestó esbozando una sonrisa. "Ni siquiera nos han dejado disfrutar del título. Al día siguiente ya había empezado el debate de 'Capello sí, Capello no', 'jogo bonito, jogo feo", añadió. "Yo no sé si ha jugado bien o mal, pero ha ganado la Liga", dijo aludiendo al italiano.
Su voluntad es prescindir de Capello y, en ese sentido, reiteró que ficharlo no fue idea suya. "Al final de cada ejercicio, hay que hacer un balance escuchando a todas las partes y tomar una decisión. Es lo que hacen las empresas", explicó. Y agregó: "El año pasado yo pensé en Schuster, pero Mijatovic me dijo que aún no era su momento y que era más conveniente un perfil como el que tiene Capello. Había que ganar y hacer limpieza en el vestuario". "Se ha demostrado que fue una decisión acertada", analizó Calderón, quien se negó a contestar si ahora ha llegado el momento Schuster. "De esto nosotros no sabemos nada. Tenemos que atenernos a lo que diga la dirección deportiva. Según me dijo Pedja, Schuster tiene contrato en vigor, por lo cual no ha habido contactos con él. Pero me ha hablado de varios entrenadores: [Michael] Laudrup, [Ronald] Koeman y [Arsène] Wenger. No es asunto de la junta. Nunca nos hemos metido en el ámbito deportivo y tampoco lo haremos ahora", matizó Calderón.
El presidente del Madrid dice que no quiere hablar del tema deportivo porque es algo que, según él, no le compete. Pese a ello, lanzó mensajes de apoyo a Mijatovic e ilustró el futuro proyecto de la dirección deportiva. "Tengo plena confianza en Pedja. Nunca ha estado en cuestión su continuidad", aseguró. Según fuentes de la directiva del club, hace un par de meses, cuando la Liga parecía perdida, "le dijo a Pedja que se buscara otro trabajo porque no contaría con él la próxima temporada". Ahora no sólo es el que decidirá sobre el futuro de Capello, sino que encabezará el nuevo proyecto deportivo. "A su lado estará Miguel Ángel Portugal para crear un centro de organización cuyo objetivo será capturar jóvenes talentos", comentó.
En la cabeza de Calderón todo está muy claro. Ha tomado sus decisiones, pero las responsabilidades caerán sobre otros. Asegura que para hacer balance hay que escuchar a todas las partes. Pero se niega a aplicar su teoría a temas políticos. "¿Si he pensado en convocar elecciones? Es un debate que ahora mismo no existe entre los socios", concluyó.
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