El 'atraco' del taller oficial

Llevar el coche al taller oficial se está convirtiendo en una de las situaciones más angustiosas para las economías del hogar.

Actualmente, los coches tienen un sistema de reconocimiento electrónico de la llave. Si el bombín no reconoce la llave, da una señal electrónica a la central (B6 y calculador) para que bloquee el arranque. Todo bien. A mi coche le pasó cuatro o cinco veces, hasta que un día dijo que no arrancaba más.

Se le lleva a la casa y me dicen que la pieza se quedó bloqueada, que no se puede resetear o programar de nuevo, que no se puede poner de segunda mano o no se puede quitar el sistema antirrobo.

Solución. Cambiar el calculador. ¿Qué hay en el calculador? Una placa con un par de circuitos. ¿Se imaginan qué vale fabricar esta pieza? ¿30... 40... 70 euros? Por ahí puede estar. ¿Qué me cobraron sólo por la pieza? La friolera de 900 euros. Total de la factura: 1.500 euros.

Que los lectores saquen sus conclusiones. La mías son sencillas.

Si se hace tanto revuelo por ahorrar unos céntimos en telefonía móvil y la comisión competente intervienen para que no se cobre al ciudadano lo que no corresponde, ¿por qué no se investiga en el campo de los concesionarios, donde estamos obligados a llevar los coches, dada la complejidad de los mismos.