La negociación del pacto en Vigo tropieza con el plan de urbanismo y el puerto
Dos "comisiones de ayuda" analizarán las distintas posiciones que mantienen PSOE y BNG
El plan general de urbanismo y la remodelación del puerto -la necesidad de fijar la política que los aborde- impidieron que ayer se avanzara sustancialmente en la negociación del pacto de gobierno de Vigo entre PSOE y BNG. Xabier Alonso, el portavoz nacionalista, hizo explícitos esos escollos. El del PSOE, Carlos López Font, los soslayó para señalar "avances en la filosofía del acuerdo", que también fueron reconocidos por Alonso, pero que apenas tendrían trascendencia si no se resuelven los espinosos asuntos urbanísticos. Son la parte del león del acuerdo global que reclama el BNG.
"La negociación no está encontrando obstáculos en casi nada", afirmaba, a su término, Calos López Font. Habría sido, según él, muy fructífera, con avances en muchos temas, como las acciones de gobierno, "aunque habrá que perfilarlas". Para ello, señaló, "lo mejor es darnos un tiempo para reflexionar".
La negociación está siguiendo el guión planteado la víspera, prosiguió Font, con el objetivo de ofrecer al final un programa de gobierno completo. Eso necesita "acompasar los tiempos", ya que todos están concienciados de la importancia y complejidad que tiene llegar a resultados firmes, por lo que "hay que meditarlo mucho". Las posiciones no están más alejadas que al comienzo de la negociación y, según el mismo portavoz, en la mesa se habló de urbanismo "como del sector social o de cualquier otro tema". No de un modo concreto o monográfico, vino a decir.
Tampoco hubo tiempo de entrar en el reparto de áreas de gobierno. Todo precisa una mejor definición, "con calma y cautela". De las más de 20 acciones que el PSOE plantea como contenido del acuerdo, ayer llegaron "hasta la 12 o la 13". Donde parece que más se avanzó, según el portavoz socialista, es "en el concepto político del acuerdo". Pero la comparecencia del portavoz nacionalista, Xabier Alonso, subrayó motivos concretos que cuestionarían ese avance.
"No hay acuerdo", comenzó diciendo Alonso, "porque no hemos resuelto nada sobre el plan general de urbanismo, sobre el puerto y sobre política lingüística". La comisión nacionalista propuso "desde el primer minuto de la primera sesión negociadora [el martes] que se formaran comisiones que permitiesen avanzar en esos asuntos. Y si eso no se resuelve, no hay acuerdo".
El BNG incluso dio los nombres de sus comisionados para el plan general y para el puerto: los aún concejales Xabier Toba y Henrique Viéitez. No podían encontrar mejores mensajeros de falta de complacencia con las políticas socialistas.
Toba es una figura clave en la gestación y desarrollo del plan general de urbanismo desde que fue concejal del área en el gobierno del alcalde Lois Pérez Castrillo (1999-2003) y ha estado durante todo el mandato que ahora acaba en la primera línea de los enfrentamientos con las tesis socialistas en torno al plan. Viéitez, por su parte, ha sido un público detractor de los proyectos de remodelación del puerto promovidos por Abel Caballero desde la presidencia de Autoridad Portuaria, su anterior cargo.
Estas dos comisiones paralelas -el BNG también proponía otra sobre Política Lingüística, pero finalmente se prescinde de ella- tendrán una función "de ayuda con la documentación". "Queremos ver lo que nos separa", precisó Alonso. Para remediarlo con los puentes que sean precisos. "Lo dijimos al comenzar las negociaciones y ellos [los socialistas] no veían esa necesidad. Hoy sí la han visto ya".
Por parte del PSOE, según señalaron posteriormente fuentes de este partido, será Xulio Calviño quien analice los temas urbanísticos con Xabier Toba en la "comisión de ayuda". Ambos, Toba y Calviño, llevan analizando y debatiendo el tema durante los últimos cuatro años, sin que en este tiempo hayan podido confluir en ningún acuerdo. En el tema portuario, el portavoz socialista será el mismo Carlos López Font, hombre de la máxima confianza de Caballero. La "ayuda" de estas comisiones parece orientada, sobre todo, a evidenciar la disparidad de criterios entre los dos partidos.
Para el BNG, el acuerdo tiene que ser global, sin dejar flecos de peligro. "Vigo precisa un pacto de estabilidad y queremos ir con calma en todo, para que los ciudadanos no se lleven luego sorpresas", explicó Alonso.
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