_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

"A por ellos, oé, oé, oé"

Según parece, Mariano Rajoy ya ha salido disparado hacía el palacio de La Moncloa, a donde caerá, aunque no se sabe cómo, pero sí, y de acuerdo con los augurios, en los alrededores de los idus de marzo de 2008. El anuncio lo hizo Francisco Camps, mientras se cocía, con Rita Barberá, Alfonso Rus y varios miles de asistentes, con bocadillo matasellado, en la plaza de toros de Xàtiva. La plaza de toros de Xàtiva es el centro que la NASA ha confiado al PP, para que en lugar de transbordadores, lance a sus destinos estelares a políticos, cantantes melódicos y ciertos empresarios del ladrillo. Antes del lanzamiento, Rajoy, se encaró con las cámaras y habló de lo de siempre, es decir, de ETA, con la perseverancia y el énfasis, que evocan a Goebbels, cuando decía que si una mentira se repite insistentemente, acaba por convertirse en verdad. Luego, Francisco Camps encendió la mecha del cohete de Rajoy, e inauguró así la precampaña de las elecciones generales, al hilo de una estrategia que les ha procurado, en esta autonomía y en Madrid, no mucho más, una victoria aplastante. Como sugerencia, no estaría mal que, de cara al verano y al turismo, inculparan, en su retórica de chupinazos, al gabinete de Zapatero y a todos los partidos de izquierda y nacionalistas, de la invasión por una plaga de medusas del Mediterráneo y consecuentemente de nuestras playas. Otra conspiración más y con picadura venenosa, lo que ya es perversión. Como el PP se escora lo suyo a la extrema derecha nada de cuanto divulgue a través de ciertos medios que les son sumisos, hasta el punto donde se pierde cabeza y cabecera, no puede sorprendernos. Pero que no nos sorprenda, no significa que no sean eficaces. El PP es muy aplicado, idea curiosas tretas y no se anda con chiquitas a la hora hacerse con los sufragios, que, en definitiva, son los que reparten poder y algo más; tiene también capacidad para encandilar y disciplinar a su clientela, a la que, si es necesario, acompaña de colegio en colegio, y de urna en urna, con la devoción de quien hace un vía crucis. En tanto la considerable abstención que se registró en los recientes comicios municipales y autonómicos se nutre, presuntamente, en el desengaño de una progresía a la que no parece tentarle y aun menos ilusionarle, las diversas ofertas programáticas de las organizaciones que ahora -y antes- purgan en la oposición, porque purgatorio político, diga lo que diga el santo padre, lo hay y cómo de largo. ¿Qué es lo que ha pasado aquí? Pues, mire lo que le digo, en eso andan dirigentes y militantes de los partidos vapuleados: en análisis, en debates, en valoraciones y en la busca de remedios, para evitar más y mayores males. Y lo hacen, en algunos casos, como EU de Alicante, a puertas abiertas, para que participe la ciudadanía, actitud que resulta diáfana y saludable. Conviene ventilar los cuarteles y no andarse en Babia. En Xàtiva, los del PP gritaban: "A por ellos, oé, oé, oé", y no se escuden en la sospecha de que andaban colgados y cabeza abajo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_