No invadirás el colegio mayor vecino
Unos 200 jóvenes se enzarzan en una batalla de globos de agua que disolvió la policía
Cuenta la leyenda que un alumno del colegio mayor Chaminade tuvo la oportunidad de compartir cama con una mujer rusa. Presa de la emoción, al individuo se le ocurrió grabarlo en vídeo y editarlo con música tecno. La producción, claro, circuló por las generaciones sucesivas dando origen a San Tecnofucker. Una festividad que los internos del Chaminade (Ciudad Universitaria) celebraron ayer por la noche invadiendo dos colegios mayores, lanzando globos de agua y corriendo delante de la policía.
Unos 200 chavales de los colindantes colegios mayores Chaminade, Fundación SEPI y Alcalá -cuestan unos 800 euros mensuales y todos de chicos y chicas- participaron en este "juego", que es habitual en fechas de exámenes, tensión y altas temperaturas. "Todos los años hay este tipo de incidentes. Intentamos controlarlos, pero es difícil", explica José Ignacio Gautier, director del Chaminade. "Es una chiquillada, pero un día se puede descontrolar y pasar algo más grave. Hay que darle importancia", señala.
La velada comenzó sobre las once de la noche. "Fuimos al colegio Estudiantes para invadir su piscina. Pero no lo conseguimos. Estaba cerrado", rememora Javier, de 23 años, a las puertas del Chaminade. "Lo intentamos también con el colegio mayor Mara, que es de chicas". Y ahí sí tuvieron éxito. La policía de la zona se percató de las correrías y siguió de cerca a los jóvenes. Éstos, según cuenta el propio director del centro, hicieron un agujero en la verja del Chaminade para invadir el vecino colegio de Alcalá, con el que existe cierta rivalidad ideológica. "Se supone que somos los de derechas y ellos los de izquierdas. Pero no es una rivalidad tensa", explica Daniel Movilla, de 23 años, del Alcalá. "Pero esta vez se colaron en nuestro patio mientras los del Negro [la fundación SEPI], que también son de izquierdas, nos tiraban globos y piedrecitas". Hasta ahí duró la juerga. El padre Mayo, director del Alcalá, llamó a la policía e intervinieron unas siete patrullas. "Cuando les vieron, salieron corriendo", recuerda con cierta sorna uno de los invadidos. No hubo heridos ni detenciones. A la una, todos a la cama, que es época de exámenes.
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