Sopa de ganso
Día 28 de mayo. En plena resaca del Día de la Victoria, un chiste muy del gusto de la terreta: "Bàndol: ¡¡Pi.....!!. Per ordre del senyor alcalde es fa saber que s'ha perdut una falç i un sac. Per la falç no donaran res. Donaran pel sac". Con chistes como éste, una mochila de oxígeno color butano llena de fashion y glamour (creo que me la pondré la próxima fiesta de Prada), una buena cena de consolación con gli amici y un carnet de socio del Alcoyano he confeccionado mi antídoto particular y, mal que bien, vamos tirando.
Ataviado de esta guisa (toda precaución es poca en época de epidemia) he asomado la nariz al siempre generoso mundo de los media. De todo hay en la viña del señor. El artículo de Jesús Civera sobre la "deriva moral" (¿a barlovento o a sotavento?) era, como todo en esta vida, discutible pero interesante. Como interesantes han sido las anotaciones de Vicent Monfort ( EL PAÍS, 6 de junio) o de Gil Manuel Hernández (LMV, 6 de junio), por poner dos ejemplos. Lo que ya tiene menos gracia y resulta patético en exceso es la ristra expiatoria o exculpatoria de quejíos procedentes de los dolidos perdedores. La maldita abstención, el voto del miedo y de la manipulación (¿y qué se esperaban?), la "apropiación indebida" del esfuerzo del Gobierno (¿no conocían el famoso abrazo del oso?)... Massa. Quizá lo más enternecedor resulta la tranquilidad de espíritu con que barones y líderes proclaman a los cuatro vientos la urgencia de la "renovación" sin incluirse ellos, por si acaso. Y para dar ánimos, nada como la filtración sobre la candidatura de Bernabé como sustituto probable de Pla. Sadismo puro.
Ante espectáculo tan edificante, no puedo evitar un flash: el habitual mandoble de Varela en Cámara Café acompañado de un pletórico: "¡¡A la puta calle!!". Y si alguien tiene que hablar, que hablen los que han aguantado el temporal y han revalidado mayorías de izquierda y también algunos perdedores recién llegados que han sido víctimas de la cicatería política que por no dejarles no les ha dejado ni hacer "la lista" con libertad. Demasiado pesebre, demasiada "estabilidad laboral" de incompetentes, demasiada presunción de que cualquiera sirve para estar en política... Y al votante de izquierda, que le den morcilla malagueña. Si después de 12 años de oposición en la Generalitat y 16 en el Ayuntamiento estamos como estamos, la pura lógica aconseja abrir ventanas, desprenderse del lastre y comenzar de nuevo asumiendo el riesgo de que en la operación no conteste nadie cuando se pregunte el clásico "¿hay alguien ahí?". Más vale eso que permanecer otros cuatro años haciendo como que.
Dicho lo cual -por si fuera de alguna utilidad- surge entre los damnificados la inevitable pregunta de, ¿y ahora... qué? Vencido y derrotado el ejército enemigo (ya nos lo decían desde el hemiciclo: rojos, vais a perder), se está ultimando desde la Confederación un éxodo obligatorio de los disidentes a los Territorios Distantes, más allá de la ciudad de Última donde se unirán a los pueblos primitivos y les serán de aplicación los Decretos de Restricción del Tránsito (Paul Auster dixit). A veces la realidad es más dura que la ficción y lo único que me siento capaz de recomendar a mis compañeros de tan gratificante viaje es que se pertrechen en el humor -vitriólico a ser posible- y que practiquen la ayuda mutua. De momento, puede resultar de bastante utilidad volver a visionar Sopa de Ganso, la magnífica película de los Marx. Este país todavía no es Freedonia, gobernado por el fino instinto político de Groucho, pero todo se andará.
Y si alguien cree que exagero, a los hechos me remito. En la corte del duunvirato Rita-Camps no sólo se ensaya a diario con denuedo el estreno mundial de la obra de Eduardo Escalante Bufar en Caldo Gelat, sino que empiezan a suceder extraños acontecimientos. En un tres i no res (así da gusto, que cumplan las promesas), Camps y Ecclestone nos han metido en el encanto de la Fórmula 1. Costes sociales... ¿qué costes? ¿Discutir?... ¿Para qué? Lástima que no seamos un Reino de Valencia con monarquía incluida, con lo cerca que estamos de Mónaco y lo bien que quedan los súbditos en la foto. Pero tenemos un torneo medieval viento en popa a toda vela con desafío incluido y los monegascos se mueren de envidia.
Rita, por su parte, con 21 concejales por banda, está eufórica y desafía a quien se ponga por medio. Nada más obtener la joia, se despachó con un tajante: "Hemos obtenido la mayoría absoluta en todos los distritos y es falsa la idea de una Valencia dual mantenida por grupos de la Universidad y el PSPV" (LMV, 31 de mayo). Ojo al dato. Quienes pensaran o pensasen que el voto era sólo un ejercicio democrático estaban muy equivocados. El voto tiene propiedades taumatúrgicas, milagrosas. No sólo absuelve de los pecados (ya lo ha proclamado Fabra) sino que es capaz de modificar la realidad. Ungida de nuevo por la mayoría absoluta (record Guiness a la vista), Rita Barberá ha decretado que la Valencia dual no existe, que se trata sólo de una conspiración judeo masónica. Ni datos, ni fotos, ni chorradas. Si Galileo hubiera habitado entre nosotros hubiera comprendido que el que la tierra girase o no en torno al sol era sólo una cuestión de votos. Su famoso eppur si muove casi le cuesta la hoguera. Claro que a la Inquisición no la votaban. Ya ven ustedes, queridos lectores. Vamos de victoria en victoria hasta la derrota final. Juan Bautista Soler ya se ha destapado anunciado que en la subasta de la parcelita de Mestalla la puja empezará por encima de los 4.000 euros el metro cuadrado, y Fernado Roig vende Pamesa para "centrarse" en el fútbol, la Fórmula 1 y la energía... Si vols més para el cabàs. El destino nos depara grandes éxitos. Queremos pólvora para todos, y para los niños también. Bienvenidos a Freedonia.
Josep Sorribes es profesor de Economía Regional y Urbana de la Universitat de València
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