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Reportaje:Tenis | Roland Garros

El accidente serbio

Tres tenistas de la ex Yugoslavia llegan a semifinales pese a la falta de ayudas en su país

Novak Djokovic es El Zorro. Un héroe al servicio de una minoría. Un hombre a los mandos del orgullo de un pueblo. Un ejemplo para su gente. Hace dos años, mucho antes de que ayer se clasificara para las semifinales de Roland Garros al vencer al ruso Igor Andreev (triple 6-3), Djokovic celebró la fiesta de Halloween saltando a una pista disfrazado con un antifaz. Fue en el masters de París cuando jugaba contra el argentino Mariano Puerta, un tenista, vaya casualidad, condenado por dopaje. Apareciendo así, haciendo saber su afán justiciero, Djokovic dejó claro que pertenece a la nueva generación de deportistas serbios: gente que no habla de la Guerra Civil que partió Yugoslavia en 1991 y que representa el éxito para sus compatriotas.

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El Zorro no está solo en París. Jelena Jankovic y Ana Ivanovic, dos tenistas serbias y faldicortas, amigas del diseño y de las compras, dos jugadoras duras y peleonas, disputan hoy las semifinales ante Henin y Sharapova, respectivamente. Serbia, un país sin tradición, sin instalaciones, se ha convertido en la nación con más representantes en la penúltima ronda de Roland Garros.

"Es un gran éxito", dijo Djokovic. "Estamos orgullosos. Lo que ha ocurrido en el último año, para un país tan pequeño, es fenomenal. Por fin nos pasa algo bueno, tras tantas dificultades", añadió. ¿Qué ha pasado para que aparezcan tantos tenistas serbios a la vez? "No hay una razón exacta. Jankovic se entrenaba en Estados Unidos. Otros se han entrenado en Italia y Alemania. Todo ha pasado por accidente: no tuvimos ningún sistema ni institución que nos ayudara. Y por eso fuimos a entrenarnos a otro lugar. En los últimos 20 años hemos vivido momentos difíciles".

Escuchar a Djokovic, presenciar su día grande -"¿dónde estabais?, ¿ahora si venís, verdad?", bromeó con los periodistas-, es revivir la alegría de Jankovic, la chica de gesto torcido, una tenista que festejó su pase a semifinales gritando: "¡Es la fuerza de los serbios! Allá donde vamos hay serbios por todas partes. Serbios que ganan todos los partidos. Es increíble. Estoy orgullosa". Con ella, juntas pero no revueltas, mirándose de soslayo durante la sesión fotográfica en la torre Eiffel, está Ivanovic, la bella Ivanovic, que tantas pasiones levanta. "Somos muy jóvenes", dijo. "Tenemos muchos años por delante. Es apasionante. En casa seguro que están orgullosos".

Los serbios han tomado París. Y llegan sus seguidores. Jankovic, la chica que quiere vivir sonriendo, como explicó cuando le preguntaron por la guerra, hace la lista: "Vienen muchos serbios. La chica que ha ganado Eurovisión ha venido. Stojkovic, el futbolista, también. Es genial verle aquí. Significa mucho para nosotros. Estoy feliz por Djokovic". París tiene tres serbios en semifinales. Hay accidentes que tienen premio.

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