Escandalizarse a destiempo
Mientras unos consideran que el partido que más votos ha conseguido en el territorio español es el vencedor de las elecciones municipales, otros sostienen que ha ganado quien más poder territorial ha logrado tras la votación popular. Una vez más, todo depende del cristal con el que se mira. Ya no nos llama la atención que los partidos políticos no sepan, o no quieran, analizar con profundidad los resultados obtenidos, como tampoco nos extraña encontrarnos con varios ganadores: quizás esa falta de autocrítica y análisis constructivo sea uno de los motivos del progresivo aumento de la abstención popular en las urnas.
Si bien en muchos casos puede explicarse por qué la ciudadanía no acude a votar, resulta incomprensible el respaldo mayoritario de cierta ciudadanía a la política del saqueo de las arcas municipales premiándose, desde las urnas, a políticos salpicados, implicados o imputados en diferentes delitos de corrupción urbanística, prevaricación, malversación u otros actos castigados por nuestro Código Penal, máxime si tenemos en cuenta que en las municipales votamos más a la persona que al partido al que representa. Casos como el de Ciempozuelos, Andratx, Castellón, Orihuela, Alhaurín o Seseña nos recuerdan a lo acontecido en el Ayuntamiento de Marbella, donde las críticas y actos de repulsa de sus ciudadanos hacia sus representantes sólo se produjeron cuando la judicatura comenzó a investigar y a destapar la escandalosa realidad conocida y consentida por todos. Los hechos delictivos cometidos en otros consistorios de la geografía española retratan a quien los comete, pero también a quien los consiente con su silencio, los ampara con su voto y se escandaliza a destiempo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.