Entre la realidad y la fantasía

Los efectos especiales en el cine son el alimento de una fábrica de sueños donde no hay límites entre realidad y fantasía. Los trucos, la magia invisible que da vida a monstruos entrañables y a secuencias imposibles, son fruto de varias técnicas, muchas de ellas asistidas por ordenador, pero sin dejar de lado el componente artístico de disciplinas auxiliares como el maquillaje, el modelado de esculturas, la mecánica o la robótica. La exposición El arte del engaño, abierta en el Museo del Cine de Girona hasta el 2 de septiembre, remarca el aspecto artístico y artesanal de los efectos especiales no digitales en el cine.

"Queremos desmitificar que todo se hace por ordenador, porque no es cierto, y decirle al espectador que hay gente anónima detrás de cada secuencia impactante", aseguró el comisario de la muestra, Jep Porras. De la mano de David Martí y Montse Ribé, de la empresa barcelonesa DDT Efectos Especiales, ganadora de un Oscar al mejor maquillaje por su trabajo en El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, la exposición recorre didáctica y visualmente la historia del cine. "Esperamos que el público aprenda muchas cosas de cómo trabajamos", comenta Montse Ribé.

El arte del engaño, que comienza con la espeluznante bienvenida de un personaje de DDT dentro de su vitrina, está estructurada en dos ámbitos. El primero, rinde homenaje a los precursores a través de los grandes iconos de los efectos especiales no digitales de todos los tiempos, como el mítico King Kong, creado en 1933 por Willis O'Brien, padre de la pionera técnica stop-motion. También se explican las trayectorias de Ray Harryhausen, responsable de uno de los primeros alien e inspirador de la saga Godzilla, el monstruo Yzmir y de Stan Winston, considerado el mago de California y creador del esqueleto metálico de Terminator o los dinosaurios de Parque Jurásico.

La segunda parte reúne un compendio de objetos y personajes inquietantes surgidos del taller de DDT Efectos Especiales para películas como El laberinto del fauno, Hellboy o El espinazo del diablo, todas ellas dirigidas por el mexicano Guillermo del Toro, o Frágiles, del catalán Jaume Balagueró.