"Soy todo toro"

Con 25 años, tiene unos ojos impresionantes, andares calmos, voz tenue y una sonrisa a media asta. Es, más que educado, exquisitamente versallesco, y habla continuamente de soledad. Le gusta conducir y bailar, músicas "latina y electrónica". De no ser torero, se hubiera hecho piloto de rallies

Pregunta. ¿Se pone Sebastián para hacerse el castizo?

Respuesta. Me lo ponen los que hacen los carteles. Mi nombre es Sébastien, porque soy francés.

P. Desde pequeño tenía claro que no quería ser torero, sino figura. ¿En todo es tan modesto?

R. Me costó trabajo hacer creer a la gente que tenía las cosas tan claras. Lo conseguí con esfuerzo, y manteniendo la cabeza sobre los hombros.

P. Le han comparado con Ignacio Sánchez Mejías. ¿Se merece un Lorca que le haga versos?

R. Hombre, sería algo bonito. La verdad es que sí.

P. Creo que está mejor con los toros que con las personas.

R. Lo que pasa es que con los toros estoy en mi mundo.

P. Y con las personas, no.

R. Sí. Pero la soledad que tengo delante del toro la busco con la gente y me cuesta más.

P. ¿Los toros hablan francés?

R. No. Creo que tienen un idioma nada más.

P. ¿Y qué le dicen?

R. Muchas cosas. El toro te mira y te hace sentir felicidad, miedo, incertidumbre, grandeza y respeto por encima de todo.

P. Usted sale a dos cornadas y media por temporada. O sea, que al bicho no le gana por goleada.

R. Cuando quieres ser grande, tienes que ponerte en un sitio muy comprometedor. Yo no busco las cornadas: lo que busco es ser el mejor.

P. ¿Quiénes han sido los más grandes?

R. Manolete y Antonio Ordóñez.

P. También sale a 1,68 orejas por corrida.

R. Sí. Pero a mí me llena la calidad, no la cantidad. Hasta este año no había salido por la puerta grande en Madrid.

P. Subidón de adrenalina, supongo.

R. Fue algo muy difícil de describir. Es un sueño que se hace realidad.

P. Tímido, solitario, seguro, frío, serio. ¿Es todo eso que dicen?

R. Seriedad y frialdad, pues mucho; soledad, también, porque la necesito. Para meditar, para estar tranquilo. Es mi forma de ser. Desde siempre.

P. ¿Todos los toreros piensan tanto?

R. No tengo idea, pero yo creo que sí.

P. ¿Usted es todo toro?

R. Soy todo toro. Pero si necesito mi tiempo, lo tomo: para leer, oír música, estar solo, andar por la playa o ir con amigos.

P. ¿Le persiguen mucho las mujeres?

R. La verdad es que no. Será porque no estoy pendiente de eso. Me gustan las mujeres muchísimo, ¿eh? Pero es que estoy en lo que estoy. Yo soy un torero que va a jugarse la vida.

P. ¿Le gusta que las chicas le tiren sujetadores, como a Jesulín?

R. Eso es locura colectiva. Y creo que hay otras formas de demostrar la pasión de aficionado. Yo he llegado a un patio de cuadrillas y he visto a una chica con las lágrimas. Y a mí me ha impresionado.

P. ¿Es romántico?

R. Soy romántico, pero me cuesta expresarme.

P. Pues casi mejor no ser novia suya. Porque si no se le ocurre nada que decir...

R. No, hombre. Igual que estoy feliz delante del toro, lo estaría con la novia mía. Y entonces le puedo decir mil cosas bonitas.

P. ¿Qué parte de su cuerpo protegería de una cogida?

R. El corazón.

P. ¿A quién le diría Pisa, morena, pisa con garbo?

R. La verdad es que es complicaíta la pregunta. Sinceramente, no sé.

P. ¿Cree que existe un torso como el que ha mostrado en fotos Cayetano Rivera?

R. No vi las fotos. Y no conozco a Cayetano lo suficiente como para saber de su torso.

P. Pues Armani no perdió ripio. ¿A usted de quién le gustaría ser imagen?

R. A mí me gusta la ropa de Dolce & Gabbana.

P. En asuntos de protección, ¿la Macarena es la que más?

R. No. Están también la de Fátima y la Estrella.

P. ¿Y ese punto con la de Fátima, tan poco andaluza?

R. Porque cuando me fui de Francia pasé un tiempo en Portugal, y un amigo forcado me regaló una medalla. Y me han pasado muchas cosas importantes con esa medalla.

P. Para el paseíllo, ¿mejor El gato montés o La Marsellesa?

R. El gato montés. La Marsellesa no la veo taurina.

P. Olé.

R. Olé usted [ríe].