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Reportaje:

Las paradojas de un gigante

La India crece al 9% pero el FMI ve un riesgo de sobrecalentamiento por el alza de la inflación y del crédito

La India crecerá este año un 9%, consolidándose como uno de los motores de la economía mundial. Gracias a una combinación de exportaciones, consumo interno e inversión, el país asiático podría convertirse en la tercera economía mundial en 2025. No obstante, el FMI ha advertido riesgos de sobrecalentamiento debido al alza de la inflación y del fuerte crecimiento de los créditos.

La economía india sólo sería superada, en menos de 20 años, por Estados Unidos y por China
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Las declaraciones de la semana pasada del gobernador del Banco de Japón, Toshihiko Fukui, confirmaron lo que era un secreto a voces: el enorme crecimiento que ha experimentado la India durante esta década le podría situar como la tercera economía del mundo en el año 2025. Un dato que no es menor si consideramos que, según estas mismas proyecciones, en menos de 20 años la economía del país asiático sólo sería superada por Estados Unidos y por China. Para la India, el año presupuestario que termina se ha saldado con un crecimiento del 9,2% -el mayor crecimiento de la década- mientras que las proyecciones indican que se podría superar el 10% en los próximos tres años.

Un dato que sólo es superado por el 10% de crecimiento de China y que contrasta con el alza de todos los países industrializados. Durante el año pasado, Estados Unidos creció un 3,4%, mientras que la Unión Europea y otros países como Francia, Japón o Alemania no superaron el 3% de alza en el producto interior bruto. Este 9,2% consolida, además, la media de crecimiento del 8,5% que la India ha venido registrando en los últimos cuatro años y el 6% con que terminó la década pasada.

Medidas estructurales

¿Cuál es la receta? Desde mediados de los años noventa el Gobierno indio comenzó a implantar una serie de medidas estructurales que flexibilizaron el mercado del trabajo, la estructura tributaria y la estructura de la propiedad. Reformas que han generado una favorable coyuntura y un desarrollo basado en el consumo interno, las exportaciones y la inversión. Las exportaciones representan alrededor del 15% del PIB de 900.000 millones de dólares de la India y crecen a un buen ritmo. El sector exportador más destacado es el de las tecnologías de la información, que superó los 30.000 millones de dólares este año y que se ha quintuplicado en cinco años.

La estructura productiva india está orientada casi exclusivamente al mercado interno, un mercado potencial de 1,1 millones de personas -la sexta parte de toda la población mundial- pero con al menos 300 millones de consumidores en condiciones de adquirir bienes de consumo de bajo precio y 30 millones con un nivel de compra equiparable a los 20.000 dólares de renta media española, una cifra que ha crecido en diez millones de personas en los últimos cinco años. Otro dato interesante es su distribución demográfica: el 81% de la población tiene menos de 45 años, con un nivel de crecimiento del 10% en su renta per cápita.

A partir de las reformas, la inversión extranjera directa ha pasado desde una media de 1.705 millones durante la década de los noventa hasta los 6.598 millones anuales registrados en 2005, según datos de la Unctad. Un crecimiento que ha pasado del 25% en 2002 al 35% en 2006. El principal atractivo internacional de la India se encuentra en un desarrollado sector servicios que representa cerca del 60% de todo el PIB. Otra de sus virtudes es su elevado tamaño, la existencia de una clase media-alta muy pujante, los bajos costes laborales y la alta preparación de buena parte de los profesionales, en un país en que se titulan una media de 400.000 ingenieros al año.

La inversión extranjera principalmente se ha centrado en obras públicas y de infraestructura, un sector que según las previsiones gubernamentales necesitará una inyección de 300.000 millones de dólares para los próximos cinco años. Los analistas y las propias autoridades de Gobierno advierten que será imposible alcanzar el crecimiento anual del 10% en el PIB si es que las inversiones en infraestructuras no se elevan por encima del 8%. Esto refleja que en este sector queda todo por hacer: carreteras, aeropuertos, autovías, ferrocarriles, puentes, túneles. Un filón interesante para países como Francia, que duplicó su inversión en el país durante el curso pasado hasta los 117 millones de euros.

Un mercado que, sin embargo, sigue quedando muy lejos de las empresas españolas. Los envíos españoles a la India sólo alcanzan el 0,25% del total, convirtiéndose en el tercer mercado asiático tras China y Japón, mientras que la media de la Unión Europea es del 2%. El último registro del Instituto de Comercio Exterior (Icex) indica que apenas media centena de empresas se ha instalado en la India y que menos de 500 tienen actividades comerciales en el país, cubriendo un 0,35% de la cuota total de mercado. En cuanto a inversiones, éste fue de apenas 17,9 millones de euros durante el año 2005, muy lejos de los 145 millones invertidos por Alemania y de los 267 millones de Holanda.

Pero la India no sólo es receptor de inversión extranjera. Las empresas indias adquirieron 100 compañías en el extranjero durante el año pasado por 2.400 millones de dólares. Gracias al comportamiento de la Bolsa de Bombay, en 2005 las compañías locales se gastaron 700 millones de dólares más que el año anterior.

Frente a tanta bonanza, el FMI ha advertido sobre un riesgo latente de que la economía sufra un sobrecalentamiento. El principal problema es la creciente inflación que cerró el año pasado en un 6,8% de crecimiento, más de dos puntos por encima del 4,4% de 2005. Del mismo modo, los precios de venta al por mayor podrían crecer dos puntos hasta el 6,4% durante este año fiscal. Un dato que no bajaría del 5% al menos hasta el año 2008. La bonanza de una clase media cada vez más acomodada también está impulsando el crecimiento de los créditos a pesar de que la India se mantiene como uno de los países con una de las tasas de interés más elevadas con un 8,2%.

Para ello, los organismos internacionales piden a la India que mantenga su política fiscal que ha logrado reducir el déficit público hasta el 6% este año, desde el 10% anual que se registró en 2001, pero además compaginarlo con un crecimiento sostenible y con una mezcla eficaz de política macroeconómica, reformas sostenidas y la creación de trabajo. Esto significa continuar con el plan de privatizaciones, pero además haciendo un espacio para financiar el gasto social.

Y es que, pese a todos los datos macroeconómicos, la India sigue siendo uno de los países con mayores tasas de pobreza del mundo. Los datos indican que 800 millones de personas (el 85% de la población) viven en el país con menos de dos dólares al día, mientras que el ingreso per cápita no supera los 700 dólares, una mínima parte de la media de la UE de 22.000 dólares.

Trabajadores de Nueva Delhi durante los trabajos de instalación de la catenaria del metro.
Trabajadores de Nueva Delhi durante los trabajos de instalación de la catenaria del metro.AFP

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