Un barco lleno de risas
Veinticinco motocicletas Harley-Davidson escoltaron por la noche a Peter Fonda desde el hotel donde se encuentra alojado en Peñíscola hasta el Palau de Congressos, donde se celebró la gala de inauguración del certamen. Una gala modesta, con pocas caras conocidas (sólo Fonda y Antonio Giménez-Rico, presidente del jurado), que presentó el actor Antonio Dechent bajo la dirección de Alber Ponte, y que reprodujo la botadura de un barco como símbolo de la ciudad que acoge al festival y del propio evento. En el transcurso de una ceremonia presidida por el humor, el equipo del programa televisivo Autoindefinits recibió el Premio Peñíscola de telecomedia antes del homenaje a Fonda y de una fiesta al aire libre, en la carpa que la organización ha instalado en el Paseo Marítimo. La 19ª edición del Festival de Comedia comenzó así, con esa simbólica botadura que dará paso a la verdadera navegación: las películas, que comienzan a proyectarse mañana y que se prolongarán, junto con el resto de actividades, hasta el próximo día 9.
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