Detenidas 16 personas por reclutar y enviar 'yihadistas' a Irak y Afganistán
La policía no ha intervenido armas ni explosivos, pero sí abundante documentación
La policía ha detenido a 16 personas en diversas localidades españolas por su presunta relación con el terrorismo islamista. La red, con fuerte presencia en Cataluña, se dedicaba a reclutar individuos a los que adoctrinaba en la práctica de la yihad. Después les enviaba a países en conflicto como Irak y Afganistán, así como a campos de entrenamiento de Al Qaeda en el norte de África. La operación fue ordenada por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Los agentes no han intervenido armas ni explosivos en los registros, pero sí abundante documentación.
Las detenciones se practicaron de madrugada en una operación que se desarrolló de forma prácticamente simultánea en las distintas localidades. Durante el registro de los domicilios, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía se hicieron con gran cantidad de material informático que será analizado al detalle por los investigadores. Los policías también se incautaron de manuscritos, agendas y documentación relativa a la yihad islámica.
La estructura desarticulada está integrada por 14 ciudadanos de Marruecos y dos de Argelia, que tienen entre 20 y 40 años. Los detenidos se dedicaban a captar a jóvenes, preferentemente en zonas periféricas con un alto índice de población inmigrante de origen magrebí, como Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Su estrategia se basaba en realizar labores de proselitismo y adoctrinamiento en la enseñanza radical de los preceptos islámicos. Entre los arrestados está el antiguo imán de una mezquita y portavoz de la comunidad musulmana de Badalona, Taoufik Cheddadi, que regenta además una librería islámica.
Pero la teoría no era suficiente para ellos. Los arrestados también están presuntamente vinculados con la financiación y el envío de combatientes a campos de entrenamiento de organizaciones terroristas internacionales. Por ahora se desconoce el número de muyaidin que la red podría haber ayudado a llevar hasta Irak, reconoció ayer el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho. Según Camacho, la operación continúa abierta hasta que se interprete toda la información disponible.
La Comisaría General de Información de la Policía inició la investigación con los datos obtenidos tras las operaciones Chacal y Camaleón, que en enero del año pasado permitieron arrestar a 22 personas en Madrid, Cataluña y País Vasco como presuntos miembros de células yihadistas.
La operación policial llega un día después de las elecciones municipales y autonómicas. Cataluña ha concentrado la mayoría de los arrestos, principalmente en Santa Coloma y Barcelona, aunque también en otras localidades como Badalona, Mataró o Igualada. También hubo dos detenidos en la localidad madrileña de Aranjuez, y otro más en Málaga.
Hace unas semanas, y a las puertas de la campaña electoral, un sindicato policial inició una encendida polémica al asegurar que Cataluña se había convertido en "el mayor centro de reclutamiento de terroristas islámicos de Europa". Una afirmación de la que se hizo eco el líder de CiU, Artur Mas, y que la Delegación del Gobierno en Cataluña rechazó de plano.
Los vecinos de los arrestados se mostraron ayer "sorprendidos" y les retrataron como personas "amables", "discretos" y "elegantes" en el vestir; buenos chicos que evitaban los conflictos y hacían su vida sin molestar al prójimo. "Oí cuatro explosiones y gritos. Cuando me asomé por la mirilla, vi a un montón de policías en la escalera", explicó Daniel Galarza, que hasta ayer vivía puerta con puerta con los cuatro magrebíes que fueron arrestados en la avenida Concepció Arenal, en un área ruidosa y con mucho tráfico de Barcelona.
"Pensé en Leganés"
"Me quedé de piedra. Se me vino a la cabeza la imagen de los terroristas que se inmolaron en Leganés, y temí por mi hija", añadió Galarza, que es además presidente de la comunidad de vecinos. Los cuatro jóvenes vivían de alquiler desde hacía unos tres meses, según Galarza. "Nunca hacían ruido y eran muy tranquilos y educados. Un día les dije que debían cerrar la puerta de la escalera con llave, y no pusieron ningún problema", explicó.
Una opinión similar expresó Brígido Jiménez, vecino de un bloque de pisos de Santa Coloma, donde fueron arrestados otros dos chicos. Ambos vivían de alquiler en el semisótano desde hacía un año. "Venían cada día en sus bicicletas y vestían de forma elegante, a la europea. Tenían más pinta de intelectuales que de obreros". María, otra vecina del mismo barrio -una zona tranquila y casi aislada al pie de la montaña- relató una anécdota: "Una vez me pidieron permiso para poner unas plantas en cada puerta. Eran muy majos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.