Entre el rechazo y la incomodidad

El auge de los micropartidos ha fastidiado a algunos dirigentes catalanes. El más molesto de todos el domingo por la noche era el candidato del PP, Alberto Fernández Díaz, que culpó a Ciutadans de no haber podido sumar un concejal más en el Ayuntamiento de Barcelona: "No me han restado votos. Simplemente no me han dejado crecer", dijo. "Esos votos han favorecido al tripartito", añadió.

La ejecutiva del PSC ha decretado como "orientación general" las alianzas en gobierno municipales con ERC e ICV-EUiA y acordó prohibir "de forma taxativa" cualquier pacto con la xenófoba Plataforma per Catalunya (PxC), que podría tener la llave de la gobernabilidad en algunas ciudades como El Vendrell, donde gobiernan los socialistas. "Hay que impedir de cualquiera manera que esté a nuestro alcance que esta formación sea clave en ningún ayuntamiento", dijo el portavoz del PSC, Miquel Iceta. CiU también se comprometió públicamente a no pactar con la PxC.

Probablemente los dirigentes de ERC no esperaban el espectacular crecimiento de las CUP, formaciones también independentistas y de izquierdas que en diversas capitales de comarca, como Vilanova i la Geltrú, Vic o Berga, ha subido el mismo número de concejales que ha perdido ERC. "No tendríamos que exagerar la realidad", dijo ayer el líder republicano Josep Lluís Carod Rovira tras recordar que la CUP ha obtenido un total de 20 concejales por los 1.584 de ERC. En su opinión, los resultados de las CUP "no distorsionan" los de los republicanos y señaló que el hecho de que "haya otra gente que defienda, desde opciones distintas, el objetivo de lograr la plena soberanía nos parece positivo".