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Crónica:Fútbol | 36ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Osasuna, a lo suyo

La Real se complica la permanencia ante un rival que no cedió a la presión

Osasuna no paga a traidores de sus colores. Ni a mercenarios futbolistas. Durante toda la semana, desde todas las instancias del club, se había insistido en la necesidad de puntuar para permanecer en Primera. Pocos tenían este convencimiento: que si favores históricos, que si hermandad, que si la afición apoyaría a la Real... Y más especulaciones durante los primeros minutos, con los de Lotina al ataque y los locales muy prudentes. Un sector del Reyno de Navarra pitaba tímidamente las combinaciones de su equipo hasta que Valdo penetró por la derecha y puso el cuero en la cabeza de David López, que remachó ante la escasa atención de la zaga realista. Pocos minutos después, Nekounam, tras un error escandaloso en la salida de Bravo, lograba el segundo tanto, que fue aplaudido y silbado a partes iguales en las gradas.

OSASUNA 2 - REAL SOCIEDAD 0

Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Cuéllar, Miguel Flaño, Corrales; Nekounam, Puñal; Valdo, Raúl García (Muñoz, m. 83), David López (Juanfran, m. 76); y Soldado (Webó, m. 70). No utilizados: Elía, Monreal, Josetxo y Milosevic.

Real Sociedad: Bravo: Gerardo (Díaz de Cerio, m. 54), Víctor López, Mikel González, Garrido; Xabi Prieto, Juanito (Herrera, m. 65), Mikel Alonso, Estrada; Savio (Aranburu, m. 83); y Kovacevic. No utilizados: Riesgo, López Rekarte, Ansotegui y Novo.

Goles: 1-0. M. 26. Pase de Valdo que cabecea David López. 2-0. M. 33. Nekounam remata un saque de esquina.

Árbitro: Pino Zamorano. Amonestó a Dani Estrada, Soldado y Víctor López,

18.274 espectadores en el Reyno de Navarra.

Los dos tantos fueron recibidos con sorpresa por buena parte de la afición, especialmente por los más de 2.000 donostiarras que se habían desplazado a Pamplona y que exigían cantando "Osasuna, nos debes una". Pero, si existía una deuda, nadie la recordaba. Ayer, en Pamplona, se enfrentaban la profesionalidad de los futbolistas contra la esquizofrenia de la parroquia. La única especulación posible era si la Real podría remediar en algún momento su débil entramado defensivo. A esta carencia se sumaba una nula efectividad en el ataque, como los de Lotina se encargaron de demostrar durante la segunda mitad.

Lo intentó Savio con una falta directa un poco desviada, al igual que antes del descanso. Después, mediante la acumulación de delanteros, algo que se comprobó inútil debido a la nula efectividad ante la meta de Ricardo. Hasta en cuatro ocasiones se mostraron incapaces de rematar entre los palos: Kovacevic, Díaz de Cerio, Herrera solo...

Cuando un equipo que se juega tanto, como los txuri urdin ayer, ofrece tan poco, no se trata de buscar suspicacias, sino de certificar una situación crítica que, de no variar, llevará a la Real a Segunda.

La inutilidad llevó el choque hacia la desidia, con los ataques más incisivos protagonizados por los locales, como un balón enviado por Raúl García o un tiro de Valdo imposible de errar y que salió ligeramente desviado tal vez con la clara intención de no humillar al rival.

La Real Sociedad, sin polémica ni reclamaciones de deudas históricas, sin fuerzas, sin ataque, sin portero y sin defensa, perdía un partido al que había llegado pensando que se lo iba a llevar de calle, al menos algunos aficionados. Osasuna venció porque era el rival de la jornada, pero el cuadros donostiarra podía haber caído humillado contra cualquiera: amigos, enemigos, juveniles... Ayer, haber amañado una derrota no sólo habría sido un tongo de Osasuna, sino también un imposible.

Miguel Ángel Lotina consuela a Bravo y Víctor López.
Miguel Ángel Lotina consuela a Bravo y Víctor López.EFE

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