Kei Kumai, cineasta japonés
Ganó el León de Plata de Venecia en 1989
Kei Kumai, director de cine reconocido internacionalmente por abordar en sus filmes temas sociales y ganar una veintena de premios en certámenes japoneses y extranjeros y recibir 11 candidaturas por ellos, falleció el 23 de mayo tras sufrir un derrame cerebral en un hospital de Tokio a los 76 años, informó su familia.
Nacido en 1930 en la prefectura de Nagano, centro de Japón, Kumai entró a formar parte de la compañía de producción cinematográfica Nikkatsu en 1954 y en 1964 debutó como director.
Kumai alcanzó fama en 1974 con un retrato cinematográfico de la tragedia de una mujer que trabajaba como prostituta en Sandakan, Borneo, antes de la Guerra Mundial, en su película Sandakan hachiban Shokan bohkyo (Burdel número 8).
Dos años más tarde, en 1976, dirigió a Claude Jade en el drama Kita no Misaki (El cabo Norte), en el que la actriz francesa encarnaba a una joven monja misionera suiza, Marie-Thérese, quien se enamoraba de un misterioso ingeniero japonés, el actor nipón Go Kato, cuya conciencia estaba lastrada por la culpabilidad de una muerte. Del encuentro, que se produce a bordo de un barco que hacía la travesía Marsella, en el sur de Francia, a Yokohama, ciudad lindante con Tokio, nace un amor sin futuro. La interpretación de una monja por Claude Jade, quien lo hizo en japonés con ayuda de una traductora, originó un escándalo por estar la actriz embarazada durante el rodaje, por lo que se le prohibió acudir al estreno.
El Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Berlín en 1987, el galardón Especial de la Academia Japonesa y varios premios de otros certámenes nipones lo obtuvo por la película Umi to dokuyaku (Mar y veneno), basada en la novela del autor católico Shusaku Endo sobre la vivisección de un prisionero estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. En esta historia macabra, dos equipos quirúrgicos rivales en un hospital japonés realizan operaciones experimentales espantosas a pacientes sanos.
Con ella, Endo explora, desde un punto de vista católico, lo que considera es la insensibilidad japonesa respecto al pecado basándose en hechos efectuados por la unidad 731 del Ejército japonés en Manchuria, cuyos integrantes, unos de forma obligada y otros voluntaria, realizaron experimentos humanos para desarrollar armas biológicas.
El León de Plata del Festival de Cine de Venecia lo ganó en 1989 por el filme Sen no rikyu (La muerte de un maestro de té), en el que narra el suicidio de Rikyu, un célebre maestro de la tradicional ceremonia japonesa del té en el siglo XVI. Rikyu fue una figura clave en la evolución de la ceremonia, cuyo ritual revela como vivir la vida y cuyo método de enseñanza sigue en vigor hoy día. Este maestro, al que da vida en la cinta el famoso actor Toshiro Mifune (1920-1997), fue obligado a suicidarse en 1591 como resultado de una diferencia de opinión con el entonces regente de Japón, Hideyoshi Toyotomi, muerte que, en el filme, es analizada por el que había sido su más cercano discípulo, Honkakubo.
Nippon no Kuroi Natsu-Enzai (Oscuridad en la luz), del año 2000, es otra obra representativa de la carrera profesional de Kumai, quien cuestiona con ella la manera en que la policía investiga y los medios de comunicación informan. Kumai utiliza como excusa el atentado con gas sarín en la ciudad de Matsumoto en 1994, del que en un principio fue acusado un inocente.
Su última película fue Umi wa miteita (El mar que nos mira), en 2003, una historia de amor basada en dos cuentos de Shugoro Yamamoto y ambientada a principios del siglo XIX en una zona de prostitutas de lujo de Tokio, que Kumai realizó respetando la forma de hacer cine del gran maestro Akira Kurosawa (1910-1998), quien murió antes de iniciar su rodaje.
Kumai fue distinguido por el Gobierno japonés en 1995 con la Medalla del Lazo Púrpura por su contribución al arte.
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