Los emigrantes más decisivos del mundo no votan mañana
Los votantes del extranjero aportan más del 6% de las papeletas en autonómicas y generales, pero en municipales sólo el 1%
Galicia es, tras Cabo Verde, el país del mundo con mayor proporción de votantes en el extranjero. Un estudio publicado este mes por la editorial Galaxia revela que el voto de los gallegos residentes en el extranjero ya representa un 6,3% del total de sufragios emitidos en Galicia. Sin embargo, el sistema de petición de las papeletas en las municipales (diferente al de las elecciones generales y autonómicas) hace que la emisión de sufragios sea mínima para este domingo. La participación de los emigrantes en las urnas para las municipales se situará en poco más del 1% del total de votantes.
En las tres últimas elecciones municipales, la solicitud de voto por correo para la emigración se situó entre las 25.000 y las 36.000 personas, de las que luego votaron realmente entre 16.000 y 19.000, la cifra esperada para este 27-M. En el voto emigrante a las municipales se produce una alta tasa de desestimación de solicitud de papeletas (18% en estos comicios) y también de votos reales que llegan con defectos de forma o tarde a las urnas. Para este domingo, según los datos de Correos y el Instituto Nacional de Estadística, poco más de 34.000 gallegos residentes ausentes han pedido reglamentariamente el ejercicio del derecho a voto. La influencia política de la emigración en las municipales es mínima, bajando del 6% al 1%, de más de 90.000 a menos de 18.000 votos, con respecto a comicios generales y autonómicos.
La polémica nace del crecimiento del censo exterior gallego en un 53% en sólo diez años
Castelao Bragaña (PP): "Ni hablar de rebajar los derechos de los emigrantes"
¿Por qué es tan baja la participación de la diáspora en las municipales? Los expertos explican que la razón estriba en el formulario para votar. Mientras que en municipales hay que pedir a la Junta Electoral la papeleta y el derecho a votar, en generales y autonómicas las papeletas son enviadas automáticamente a la residencia en el extranjero de cada emigrante. El motivo es la dificultad física de enviar a cada domicilio las más de 800 listas electorales de los 315 municipios gallegos. Sin embargo, los mismos expertos consultados exponen que la posibilidad de fraude es "exactamente la misma", ya que en ningún caso se comprueba la identidad de quien emite el voto por correo.
Esta es la razón de que Gobierno central y Xunta estudien un nuevo sistema para votar en urna, bien física o bien electrónicamente.
"No creo que haya que quitar el derecho de voto de la emigración gallega, sino cambiar el método de ejercerlo. En mi opinión hay que aprovechar el capital que Galicia tiene en su diáspora y la participación política es un buen método para mantener esos lazos", opina Ramón Villares, catedrático de Historia Contemporánea y director del Archivo de la Emigración Gallega.
Los partidos políticos y expertos coinciden en que el voto emigrante ya no puede soportar más escándalos. "El único problema es que a quien gobierna, sea el PP o sea el PSOE, no le interesa una votación transparente. Tal como está no tiene sentido. Es una distorsión que, mientras el censo de los gallegos que viven en Galicia está estancado, el de la emigración crezca un 10% anual ¡y sin que haya habido más emigración!", expone Francisco Jorquera, senador del BNG.
Xaquín Fernández Leiceaga (PSOE) es contrario a eliminar el voto de los emigrantes en las elecciones municipales, aunque suscribe "que debe ser en un sistema más controlado". El censo de emigrantes que pueden votar ya ha superado las 319.000 personas, con un crecimiento del 53% en los diez últimos años. El fuerte incremento del sufragio emigrante es otro de los motivos de polémica, por el derecho a voto de personas con doble nacionalidad (descendientes de gallegos) que ni siquiera han estado nunca en suelo gallego.
"A mí me viene muy bien que mis hijos y mis nietos voten. Pero, ¿qué pretenden?, ¿acabar con la Galicia exterior? De rebajar los derechos de los emigrantes, ni hablar", se indigna José Manuel Castelao Bragaña, diputado autonómico del PP, que tiene a gala ser el primer emigrante en sentarse en el Parlamento de Galicia. "No todo", insiste Castelao, "está tan podrido como se dice". El emigrante en Buenos Aires sostiene que el voto emigrante debe estar "mejor reglado y ser más transparente". "Pero que no lo echen a nuestras espaldas; que lo arreglen los políticos, pues la responsabilidad es de ellos", dice.
El escritor y periodista Anxo Lugilde, autor del ensayo editado por Galaxia, considera que aunque el voto municipal de la emigración es poco significativo, "sí puede ser decisivo en algunos ayuntamientos pequeños". Lugilde sostiene que, "salvo en municipales, es más fácil votar en Buenos Aires que en Vigo o en Santiago". Villares defiende un mayor y mejor aprovechamiento de la emigración, "creando una especie de Commonwealth gallega, que es una riqueza que tenemos y es también una forma de transformar en virtud lo que fue una necesidad".
Según Fernández Leiceaga, "hay que tener cuidado con la eliminación de derechos de voto, entre otras cosas porque hay una nueva emigración profesional nacida de la globalización".
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