Cuatro años de cárcel para un conductor ebrio que provocó un accidente mortal a 170 kilómetros por hora

La Audiencia de Barcelona ha condenado a cuatro años de cárcel a un conductor por provocar un accidente de tráfico en el que murió su copiloto cuando circulaba a 170 kilómetros por hora, sin seguro y con un índice de alcoholemia cinco veces superior al permitido. Sobre el condenado pesaban, además, dos sentencias que le condenaron a la retirada del carné de conducir por cuatro y tres años.

La sentencia de la Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona confirma la que en su día impuso el Juzgado de lo Penal número 5 de la capital catalana a Pau C. por el accidente de tráfico que provocó la madrugada del 12 de octubre de 1999, en el que murió uno de los ocupantes del vehículo y otros dos resultaron heridos. Además, Pau C. fue condenado a seis años de retirada del permiso de conducir y a una multa de 8.640 euros por imprudencia con resultado de muerte, lesiones por imprudencia grave y un delito contra la seguridad del tráfico.

Cuando sucedió el accidente, viajaban en el vehículo el conductor y otras cinco personas, una más de las permitidas en aquel vehículo. Ninguna de ellas llevaba abrochado el cinturón de seguridad. En el control de alcoholemia que se le realizó tras el accidente, Pau C. arrojó una tasa de 1,31 gramos de alcohol. Circulaba a 170 kilómetros por hora en una carretera donde el límite era de 100 por la presencia de una curva peligrosa. Las circunstancias meteorológicas aconsejaban, además, una conducción más prudente, pues estaba lloviendo y era de noche.

La Audiencia considera adecuada la pena de cuatro años de cárcel teniendo en cuenta las condiciones en las que circulaba el conductor, pese a tener retirado el carné. Su comportamiento suponía "una rebeldía frente al derecho y un estable desprecio a la vida de los demás (...) que merece el mayor de los reproches", dicen los jueces. "Bastará añadir que difícilmente cabría imaginar un caso en el que la intensidad de la imprudencia determinante de una muerte y varias lesiones sea mayor", prosiguen los jueces, quienes confían en el efecto resocializador de la pena.