Feijóo promete "no clasificar a los gallegos en función de si votan o no" a su partido

El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, finalizó el penúltimo día de campaña con un baño de masas en un abarrotado pabellón de Xinzo de Limia (Ourense), donde volvió a hacer propósito de enmienda para no repetir los errores cometidos en el pasado. En un acto en el que se notó la mano y también los autobuses del presidente provincial, José Luis Baltar, Feijóo pidió a los 3.000 asistentes y "también a Galicia"que el domingo se cierre "el paréntesis del bigobierno y de los enfrentamientos para abrir una era con políticas nuevas".

Setenta y dos horas antes de las elecciones municipales, Feijóo reiteró su autocrítica y su promesa de no caer en los vicios del pasado: "Me comprometo a no alardear de poder, a no clasificar a los gallegos en función de si votan o no al PP, a no hacer ostentación del poder y a repartirlo entre los ciudadanos". Después hizo la penúltima llamada a los indecisos: "Pido a los que no nos votaron en las últimas elecciones que hagan el esfuerzo de confiar en nosotros". La comarca de A Limia, donde ya gobierna el PP en todos los ayuntamientos, dio el beneplácito al nuevo proyecto de Feijóo. El acto lo cerró Baltar, afónico desde el primer día de campaña con su discurso de toda la vida. Los tiempos de cambio que anuncia Feijóo tardarán en hacer mella en el barón orensano.

Feijóo había comenzado la jornada en A Coruña, donde aseguró que el convenio rubricado por el gobierno portugués y Pescanova para construir en la localidad lusa de Mira la mayor planta de rodaballo del mundo es "la peor noticia económica de los dos últimos años en Galicia". Alberto Núñez Feijóo cargó contra la Xunta, a quien atribuyó "una decisión absurda que ha echado a la mayor acuícola del mundo", y se comprometió a invitar a la multinacional a que construya la piscifactoría en Cabo Touriñán, su ubicación inicial hasta que la Consellería de Medio Ambiente la descartó para proteger la Red Natura.

El dirigente del PP deberá ganar antes las elecciones autonómicas. El tono grave de ayer era todavía de líder de la oposición: "Es una decisión irresponsable que un Gobierno eche a una empresa que tenía previsto invertir 140 millones de euros". "La soberbia es mala consejera y en la Xunta sobra soberbia y falta humildad", lamentó.

El argumento de "las empresas que se van por falta de confianza en el bipartito" ha sido manido por Feijóo a lo largo de la campaña. La escenificación del acuerdo entre el Ejecutivo luso y Pescanova le sirvió ayer para recuperarlo y asociarlo a otras noticias económicas recientes como la decisión de la familia Jove de vender la inmobiliaria Fadesa o el cierre de la fábrica de La Toja en el ayuntamiento de Culleredo.

Despachadas las críticas contra el Ejecutivo, el presidente del PP respondió al candidato socialista, Javier Losada, quien el día anterior había comparado la foto de Feijóo y Francisco Álvarez-Cascos en el puerto exterior de Punta Langosteira con la de "los hermanos Dalton". "El alcalde accidental de A Coruña ha demostrado una falta total de hidalguía y de altura política", declaró. Luego el ex vicepresidente de la Xunta recordó el bando municipal de Francisco Vázquez para agradecer los compromisos del Gobierno Aznar con su ciudad en el Consejo de Ministros celebrado en María Pita durante la crisis del Prestige.