Feijóo pide el voto para que Batasuna no se pueda presentar ni en Galicia ni en Euskadi

A cinco días de la votación y con unos sondeos que pronostican emoción hasta la última papeleta en Ourense y Vigo, los dos únicos grandes ayuntamientos donde el PP cuenta con posibilidades de gobernar, Alberto Núñez Feijóo admitió ayer que él mismo, pese a no ser candidato, se expone también a lo que dicten las urnas el domingo por la noche. Lo anunció en Lugo, horas antes de pedir el voto en A Coruña para que "Batasuna no se presente ni en Galicia ni en Euskadi". En el mismo mitin, la ex ministra y diputada nacional Ana Pastor acusó a Zapatero de "llevar a España a la guerra civil".

Los últimos tres meses los ha dedicado el presidente del PP a asistir a más de 150 presentaciones de candidatos y suyas son las principales apuestas del partido en plazas difíciles como Lugo, Santiago, Pontevedra, Ourense, Ferrol y A Coruña. Ayer en Lugo confirmó lo evidente: que además de investir alcaldes, las urnas el domingo someterán a referéndum la transición del PP en la era postfraga y también su propio liderazgo. "Los resultados me afectarán tanto si son buenos como si son malos, especialmente en este último caso porque deberé dar cuenta al partido", reconoció el dirigente popular.

Por si acaso, durante las últimas jornadas ha reiterado que no conoce "ni un solo alcalde, ni un solo presidente provincial" que no concurra a los comicios locales del 27 de mayo. Ayer además adoptó el papel de los entrenadores de fútbol y admitió que "si los resultados son buenos el mérito será de los alcaldes y candidatos a las diputaciones provinciales, si son malos lógicamente es el presidente el que tiene que dar cuenta".

Lo hizo sin torcer el gesto, debido en parte a que los populares tienen en su poder estudios demoscópicos propios nada pesimistas para las ciudades del sur. "El Partido Popular sigue igual de vivo que antes, a pesar de la campaña de desprestigio durante estos dos años del bipartito, en los que no gobernaron y sólo se limitaron a hacer oposición de la oposición", señaló en Lugo.

Ya por la tarde en A Coruña, Feijóo culpó al Gobierno gallego de los incendios, de las riadas, del cierre de la fábrica de La Toja en Culleredo e incluso de la venta de Fadesa. "Cada árbol quemado, cada paciente en lista de espera, cada desempleado de A Coruña es una razón para ir a votar el domingo", arengó a un auditorio entregado a su líder. Feijóo lanzó sus dardos más afilados al partido que ha gobernado la ciudad durante el último cuarto de siglo.

"El PSOE es un partido decadente al que le vale todo, incluso apostar por un gobierno de coalición con el Bloque del que ha renegado durante 30 años en A Coruña", señaló. También tuvo palabras para intentar contrarrestar el mensaje del fin de semana de Emilio Pérez Touriño en Pontevedra: "La marea del cambio a la que aluden otros se va a llevar la soberbia y el desprecio y va a traer proyectos y oportunidades, ésa es la marea del PP". El dirigente popular pronosticó que el domingo "algunos van a agotar la despensa de los antidepresivos" en A Coruña.

Feijóo recordó ante las más de 1.400 personas que abarrotaron el Palacio de Exposiciones y Congresos de A Coruña que "a veces es mejor estar en la oposición que en determinados gobiernos". Núñez acabo pidiendo el voto no sólo para el candidato Carlos Negreira, sino también por "un modelo de Estado, por la única gran nación que es España, y para que Batasuna no se pueda presentar ni en Galicia ni en Euskadi".

El argumento de su telonera, la ex ministra y diputada Ana Pastor, fue todavía más directo: "La política irresponsable de Zapatero nos lleva a la guerra civil y a la memoria histórica".

Fue el penúltimo acto antes de que la caravana del PP se trasladase a Arteixo para respaldar a su polémico candidato, Manuel Pose, a quien Feijóo había apadrinado algunas semanas antes de que se conociese que Pose había votado como alcalde a favor de la concesión de licencias a una empresa de su propiedad. El presidente del PP obligó entonces a su regidor a presentar toda la documentación en la fiscalía que desde entonces estudia el caso.

A primera hora, desde Lugo, Feijóo había cumplido a medias con su ritual diario de presentar una propuesta. De las promesas concretas de rebajas de impuestos durante las primeras horas de campaña ha pasado el PP a proponer una improvisada declaración de intenciones a propósito del cuidado del medioambiente y las energías renovables. Junto al hotel Balneario de Lugo, en medio de una postal con piragüista y pescador de caña incluidos, el presidente del PP se comprometió a que sus ayuntamientos construirán depuradoras y cuidarán los maltrechos cauces de los ríos.