"Fue el gol soñado"
Roberto Carlos, con un pie fuera del Madrid, agradece el "cariño" de sus compañeros
De cara a la galería, Fabio Capello siempre ignoró los intangibles, los valores añadidos, lo inefable. Puesto a elegir, prefiere lo concreto. El arte abstracto, el color puro, le ha llevado a admirar más a Paul Klee que a cualquier impresionista. Con el mismo sentido, el hombre se deja impresionar por el esfuerzo puro, la distancia pura, el cansancio puro. Si el balón no está de por medio, la cosa le parece más fantástica todavía. Como en el gol que marcó ayer Roberto Carlos. Puesto a valorarlo, lo primero que destacó Capello no fue la definición. Exclamó: "¡Roberto Carlos recorrió 80 metros para acompañar el movimiento del equipo antes de rematar!".
Capello estaba emocionado por los 80 metros. No le impresionó tanto la definición, sutil, frenando la carrera, con sangre fría ante la salida del portero. El técnico italiano pasó por encima de esos pormenores para celebrar la matemática: "No sé si este gol ha valido la Liga, pero hoy es un gol muy importante. Hoy nos vale".
"Sentí que se me salía el corazón por la boca. Nunca vi un vestuario que se quiera tanto"
"No somos invencibles, pero sí un equipo mentalmente muy fuerte, con confianza"
Si la Liga hubiese terminado ayer, el Madrid se habría coronado campeón gracias a Roberto Carlos. El brasileño tiene 33 años y un pie fuera del Madrid. Hace dos meses, después de un litigio con el club, se declaró despechado por razones contractuales y anunció que se marchará cuando termine la temporada. Después de once años como madridista. Ayer saltó al Nuevo Colombino despistado. Posiblemente, fue el peor de su equipo. Pero se reservó lo mejor para el último minuto. "Fue el gol soñado", dijo el protagonista, "porque me salió en el minuto 91, cuando me estoy despidiendo del club y de mis compañeros, y con una Liga en juego".
"Sentí que se me salía el corazón por la boca", recordó Roberto Carlos sobre los momentos posteriores al tanto; "nunca he visto un vestuario que se quiera tanto como éste. Me he emocionado mucho porque los compañeros me han demostrado muchísimo cariño. No sé si lo han hecho porque saben que me voy en junio. La verdad es que el cariño que me tienen me ha dado mucha confianza para jugar".
"Cuando marqué", prosiguió Roberto Carlos, "busqué abrazarme con todos ellos, con los que me río en los entrenamientos y hacemos chistes. La gente sabe que llega el fin de Roberto Carlos en el Madrid y hoy me ha acompañado en uno de los momentos más felices de mi carrera deportiva".
Entre contento y apocalíptico, el jugador discurrió sobre la calidad moral del Madrid actual. "No somos invencibles", apuntó mientras los compañeros que iban pasando tras salir de la ducha le abrazaban y le gritaban exaltados; "somos un equipo mentalmente muy fuerte, con confianza en sus posibilidades. Los tres partidos que hemos ganado en el último tramo lo demuestran. Contra el Sevilla, el Espanyol y hoy, el Huelva, hemos demostrado que ya no sólo vamos al campo a ganar. Empezamos a divertirnos".
Para Capello no todo fue diversión. "Controlábamos el partido por 0-2 y perdimos muchas ocasiones de cerrarlo", se quejó; "después de eso, no me sentó muy bien que nos empataran. Hicimos dos regalos". El entrenador hizo referencia al penalti de Sergio Ramos y a la defensa deficiente del único córner que lanzó el Recreativo sobre el área de Casillas.
Visto lo visto, el autor del pase a Roberto Carlos, el argentino Gago, celebró el buen término de los juegos del destino futbolístico: "Sacamos fuerzas para ganar un partido importantísimo en el último minuto. El fútbol es así. Por suerte, pude darle el pase de gol a Roberto. Ahora todos tenemos una felicidad enorme".
Gago fue uno de los diez madridistas que se lanzaron sobre Roberto Carlos para formar una montaña humana en el césped de Huelva. Otro fue Higuaín, que celebró el gol de la misma manera amontonada: "Por suerte, tuvimos fuerza suficiente para estar en la final. Me puso muy contento el gol de Roberto porque es una gran persona".
Van Nistelrooy salió del vestuario más flaco que de costumbre. Seco, agotado por el esfuerzo. Cuando le preguntaron por el partido, dijo lo primero que le vino a la mente: "Ese gol en el último minuto de Roberto Carlos ha sido fantástico. Hoy me he dado cuenta de que tenemos algo diferente. Somos un equipo con carácter. Si no, habría sido imposible ganar los tres últimos partidos como lo hemos hecho".
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