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Entrevista:MAXI Y PETROV | Jugadores del Atlético | Fútbol | 35ª jornada de Liga

"Hemos tenido muchísimas broncas"

José Marcos

Los tendones de pata de ganso se estiran y contraen a la perfección. Ha costado medio año. Más de seis meses a destajo, con la sombra encima de Óscar Pitillas, el preparador físico del Atlético. "Es peor que un sargento", confían Maxi Rodríguez (Rosario, Argentina; 26 años) y Martin Petrov (Vratsa, Bulgaria; 28 años). Los dos comenzaron su rehabilitación el 26 de octubre, 10 días después de pasar por el quirófano. El 15 de febrero empezaron con la carrera continua. Cinco días más tarde, y durante tres semanas, fortalecieron sus rodillas por las playas de Cádiz. "Y por fin, ya en marzo, tocamos el balón", dicen a la vez. El 16 de abril Maxi y Petrov volvían a entrenarse con el grupo.

Maxi: "Parece fácil, pero andar con muletas... Te fatigas enseguida. Y te tienen que llevar de un lado a otro, 'pensás' que nunca más vas a volver a jugar"
Petrov: "No me esperaba que 40.000 españoles fuesen a aplaudir así a un búlgaro. Que te reciban así anima de verdad. Y claro, obligas a la rodilla"

Petrov. Y menos mal, porque seis meses con Maxi... ¡Hubiera preferido estar solo! No, la verdad es que las situaciones malas se pasan mejor con un amigo al lado. Cuando entras en la piscina, cuando sales del gimnasio... Me ha gustado estar lesionado con Maxi.

Maxi. Yo me lesioné antes, y cuando a los pocos días te vi... Te da mucha bronca, mucha impotencia. Justo ese fin de semana estaba en la tribuna viendo el partido contra el Recreativo. Pero en fin, me has apoyado en una lesión tan grave y tan complicada. Los malos momentos los hiciste más fáciles. Un día venías tú de mal humor, otros yo. Pero estaba Óscar, que siempre nos levantaba el ánimo. Aunque el que peor venía eras tú. ¡Llegabas medio loco!

P. En estos seis meses hemos tenido muchísimas broncas. Tú y yo, con Óscar... El tiempo se pasa rápido.

M. Nos metía tanta caña...

P. ¡Mucha! Y sin separarnos todo este tiempo.

M. Era un pesado, nos levantaba a las seis de la mañana para hacer la primera sesión.

P. Y luego en la piscina a las ocho. ¿Recuerdas? Bajas al agua fría, helada. Y ¡hala!, aguanta, metido hasta la cintura. ¡Pero bueno, ni en Bulgaria!

M. Lo peor era lo del agua. Tratábamos de esquivar esas cosas. Alguna vez nos amotinamos y nos volvimos a la habitación. Pero en general, sí que le hacíamos caso.

P. Trabajábamos con muchísima bronca, pero lo hacíamos. Sin alegría, el trabajo es muy duro. Una hora se pasa como si fueran cinco. No paras de pensar. De darle vueltas a todo. La cosa va mejor si te lo tomas como un proceso con etapas. Cuando terminamos con la clínica, cuando pasamos por la piscina, el gimnasio... Íbamos a más.

M. Hasta que llegaron las muletas. Lo peor de todo. Es donde más sufrí. Al principio estás un poquito impotente. Te tienen que llevar de un lado para otro, y pensás que nunca más vas a volver a jugar. No puedes hacer nada. Justo cuando más trabajas físicamente, es cuando más leña te dan. ¡Al menos me enseñaste algunas palabras en tu idioma!

P. ¿Sí, eh? Doutre.

M. [...] Ahora no me acuerdo de lo que quiere decir.

P. Significa 'hasta mañana'.

M. Doutre, cuatro, cinco, seis... Pero nada de tacos.

P. No, no teníamos tiempo para eso. Estábamos muy cansados. Sólo pensábamos en dormir y descansar.

M. El rato que teníamos nos lo tomábamos de relax, porque sabíamos que luego venían tres o cuatro horitas de trabajo.

P. Así todo el día. Por la mañana y por la tarde. Te levantabas prontísimo y terminabas a las nueve de la noche.

M. Estabas tan machacado que no te apetecía nada. Ni un libro ni ver una peli. Sólo dormir. Y pensar en la vuelta.

P. ¿Y cuándo tocamos otra vez el balón? La primera vez estábamos tan preocupados, de cómo serían las sensaciones...

M. Siempre a la vez. Juntitos. Hasta nos operaron a uno detrás de otro. Yo pasé primero, y al salir tú entrabas en el quirófano.

P. Entonces apenas hablamos, nos hicieron una foto. Una vez dentro te anestesian de cintura para abajo, y sigues la operación por un monitor. Ahí estaba el doctor Villalón.

M. Cuando me sacaban en la camilla estaba como en otro mundo. No recordaba bien, tampoco me apetecía hablar... Eran los efectos de la anestesia.

P. Pero ya estamos aquí. Hemos vuelto.

M. Tú un pelín antes que yo. Cuando la convocatoria contra el Betis, el míster tenía un montón de bajas. Apuramos la recuperación, se atrasó y todo la convocatoria para ver si entrábamos. Justo yo venía con otras molestias. Y te tocó debutar.

P. No me esperaba que 40.000 españoles fuesen a aplaudir así a un búlgaro. ¡Si fuera español, todavía! Que te reciban así anima de verdad. No se puede explicar. Hay que vivirlo. Y claro, obligas a la rodilla, obligas al miedo...

M. A mí me tocó después, en Montjuïc, en mi anterior casa. Te vas sacando ese miedo, vas jugando los primeros partidos y notas las evoluciones de la rodilla.

P. En ese instante estás nervioso por todo lo que has pasado. Ansioso. Y la gente espera que empujes del equipo. Que seas, ¿cómo se dice? El salvador.

M. ¡Después de cinco meses y medio sin jugar! Es difícil. Necesitas ritmo, precisión, muchas cosas que es complicado tener cuando vuelves el primer día.

P. ¡Ufff! Menos mal que tienes a la familia y los amigos para superarlo. Eso y todo. Cuando estás con las muletas no puedes hacer nada. Te pierdes la vida. Pero los momentos de bajón no son muchos.

M. Parece fácil, pero andar con muletas... Cuando las llevas, te fatigas enseguida. Ya después, cuando me fui a Argentina, las dejé y continué la recuperación. Cuando estás en tu casa, con tu gente, se pasa mucho mejor.

P. Bueno, en Cádiz también estuvimos bien. Aunque las dos primeras semanas el tiempo no acompañó. No era para estar corriendo por la playa.

M. Lo peor de todo, de los seis meses, fue Óscar.

P. ¡Ja, ja, ja! Ahh, ¡como te oiga te mata!

M. Es que fue... ¿Qué querés? Me cargaba. Te decía cosas fastidiosas. Era muy pesado.

P. Cuando no nos escuchaba despotricábamos. Que si 'Óscar, no sé qué', 'qué pesado'. Y así.

M. ¡Imagínate! ¡Te despertabas y te encontrabas con la cara de Óscar!

P. ¡Eso no es normal, ja, ja, ja!

M. De verdad, nos quedábamos dormidos en cualquier lado de lo cansados que estábamos.

P. No tenía ni fuerzas para levantar el cubierto comiendo.

M. Ahora es una paliza distinta, estamos mucho más alegres. Con el grupo, nada de andar en solitario.

P. Nos recibieron con aplausos. ¡Plas, plas, bienvenidos! El primer día no entraban fuerte. Ni te tocaban. Les daba miedo. Pero eso sólo fue en el primer entrenamiento.

M. Luego se acabó. Como si nada. Ahora, a ganar al Barça. Tenemos Europa al alcance de la mano. Una vez que entremos, nos quitaremos un peso de encima. Un maleficio. Jugaremos más tranquilos y relajados.

P. Estoy a gusto. No tengo miedo, aquí estoy para ganar estos últimos partidos. Contra el Barcelona siempre jugamos bien. Lo que no comprendo es que haya aficionados que quieran que perdamos.

M. Algunos te dicen de ganar, otros de perder, empatar... Es algo raro. Lo que haga el Madrid no nos interesa. Sólo pensamos en asegurar cuanto antes la UEFA.

P. Incluso el Sevilla se merecería ganar la Liga. No sé por qué sólo se habla del Madrid y del Barcelona. Si el Barça pierde con nosotros y el Madrid en Huelva...

M. Ante todo no debemos relajarnos. Parece que tenemos los tres puntos ganados y no es así. No hay nada seguro, sólo que será un partido de ida y vuelta y con gran intensidad.

P. Lo bueno es que contra el Barcelona puedes jugar al fútbol. Por eso son tan buenos partidos. Al ataque. Lo daremos todo.

M. No creo que desde el primer minuto nos vayan a atacar a la desesperada. Se van a resguardar un poquito; nosotros trataremos de agarrarles al contragolpe. Que pena que no peleemos por más, con lo cerquita que estuvimos de afianzarnos en la Champions...

P. No digas nada de eso. Siempre que hablábamos de la Champions, perdíamos.

M. Lo que nos queda es la UEFA. El año que viene se peleará por otra cosa. Quizá con el equipo completo, sin lesiones, la historia hubiera sido diferente. Pero no pensemos en lo que pudo ser y no fue.

Petrov y Maxi, durante la conversación.
Petrov y Maxi, durante la conversación.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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