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Columna
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Repuntem per Carmen

Cosiendo la vela. Una gran vela blanca extendida en el suelo y a ambos lados de ella mujeres que alegremente están en su trabajo en un día brillante y cálido con un sol que se filtra bajo los árboles. Sorolla pintó este cuadro hacia 1900 con ese luminoso ambiente mediterráneo que tantas veces parece ser el verdadero protagonista del cuadro. Leves susurros de las hojas de los árboles, risas y escondidos cuchicheos de las mujeres y todo el blanco de la vela que se extiende, imponente, lleno de luces y de sombras.

Repuntem per Carmen. Domingo 6 de mayo de 2007 en Viveros. Es la misma mañana brillante que pintó Sorolla, y las sombras y las luces también dominan el ajetreo de estas mujeres que cosen y cosen retales que han traído de sus casas y que van uniéndose unos con otros bajo la alegre laboriosidad de las mujeres. Cien años separan estas dos escenas, pero los recuerdos parecen jugar con el presente. Estas mujeres también cosen y ríen. Se está haciendo una alfombra de patchwork que crece y crece hasta inundar el camino, y más allá la ciudad como si fuera un poderoso lienzo que protegerá los barrios, las calles, los rincones, las plazas, dotándoles de aquello que les falta. Es espléndido verlas coser y reír, con prisas, urgentemente, pues el trabajo tiene que terminarse para cuando venga Carmen.

¡La imaginación al poder! 19 actos por Carmen en 19 días, desde el 23 de abril al viernes 11 de mayo. Gestos por Carmen, pues así se llama esta modesta (desde el punto de vista del dinero invertido) campaña, tuvo un día muy especial. El cinco de mayo era Apoyamos a Carmen, a todas nos encanta Valencia. Y todas acudieron a la Estación del Norte con una rosa en la mano para recibir a las amigas de Carmen que vinieron desde sus ciudades para darle su apoyo. La Geganta, ahora llamada la Benvolguda, estaba allí, siempre presente. ¿Saben ustedes por qué nació la Geganta? Nació en las fiestas falleras, y fue un acto de contestación a la alcaldesa actual, que ignoró la existencia de Carmen Alborch y no le invitó ni una sola vez al palco del Ayuntamiento para ver con ella las mascletaes, los castillos o la crema. Carmen tuvo que crecer y llenarse de todo su buen humor, que lo tiene en grandes cantidades, para poder ver y ser vista, pues tampoco tuvo acceso a Canal Nou, la televisión pública, financiada con el dinero de todos los valencianos. ¿Cómo podemos llamar a esta conducta de apropiación de lo público para el lucimiento personal? ¿No es un uso y abuso del poder?

Esto me recuerda otro acto de doña Rita que también la retrata de cuerpo entero. Hace unos meses se inauguró la rediseñada Avenida del Puerto, que se ha convertido en una verdadera autopista urbana. Fue un sencillo acto. Ella bajó del coche oficial en un punto concreto de la avenida, el cual estaba lleno de plantas crecidas y hermosas. Dijo las cuatro palabras de rigor, estrechó otras cuatro manos y volvió a subir al coche. Inmediatamente se acercaron unos camiones y, una por una, con rapidez y eficacia, fueron retiradas todas las plantas, ante el estupor de la buena gente, que había visto esa frondosidad de verdes como un adelanto de toda la vegetación que se plantaría a lo largo de la avenida. Cuando pudieron reaccionar, ella ya estaba, llena de grandeza a la valenciana, al frente de sus huestes dando órdenes de quita y pon en el puerto.

Ante todo esto (pequeños botones de muestra entre muchos otros) los Gestos por Carmen, la Benvolguda Geganta o la Barca dels Desitjos, otra actividad llena de imaginación, ésta realizada por el colectivo de los barrios, te llenan de alegría y esperanza, más allá, incluso, del resultado de los votos. Porque la imaginación y la fuerza están ahí y no se agotarán. Lentamente, o muy rápidamente, se van desgranando los días y las horas hasta que lleguemos al 27 de mayo, el día de la votación. Debería de haber, como en Francia lo ha habido, una alta participación. Señal de interés, gane quien gane. Valencia, esa ciudad grande cuyos ciudadanos a veces se olvidan de las cosas importantes para ir a tomar el sol, no merece ni la pereza, ni el olvido, ni el encogerse de hombros.

En la Barca des Desitjos, con la Benvolguda Geganta y con toda la esperanza imaginativa de los Gestos por Carmen, ojalá todos vayamos a votar ese domingo 27 que nos deparará o sol o lluvia. Es un acto cívico. También es un acto solidario. Y nosotras, y nosotros, continuaremos repuntant per Carmen, la Benvolguda.

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