Gran Kanouté, gris De la Peña

El Sevilla se corrigió para bien con el paso del partido hasta que se equivocó cuando lo dio por acabado antes de tiempo. Aunque perdió el hilo del juego por la expulsión de Moisés, el Espanyol perseveró siempre, jamás se rindió y compitió con grandeza hasta forzar los penaltis en inferioridad numérica y después de igualar el gol de Kanouté en la prórroga con un remate extraordinario de Jonatas. Al igual que en Leverkusen, la rueda de los penaltis condenó al Espanyol en una final de la UEFA.

- De la Peña. Le costó entrar en juego. Actuó con criterio y fluidez, sin retener el balón, para facilitar las transiciones rápidas y abrir a las bandas. Lesionado últimamente, le faltó ritmo y se fue desfondando hasta ser sustituido por Jonatas.

La expulsión de Moisés Hurtado y el gol de Jonatas marcaron la actuación blanquiazul

- Tamudo. Listo y hábil, supo caer a las bandas y al mismo tiempo acabar las jugadas. Remató desde posiciones complicadas y les ganó la espalda a los dos centrales -especialmente lentos-, de forma reiterada. Fue el mejor punto y final del equipo hasta que Valverde le sustituyó por la expulsión de Moisés y una vez que ya había dado entrada al equipo a Pandiani.

- Palop. Un portero muy fiable y decisivo. Exigido a menudo, sobre todo en dos remates tremendos de Riera y Tamudo, respondió bien a las ocasiones del rival y armó la jugada del gol de Adriano con una asistencia con la mano que David García, cierre blanquiazul en la jugada, no supo cortar por falta de colocación y contundencia. Al final paró tres de cuatro penaltis.

- Alves. Ejerció de volante derecho durante la primera parte, por la ausencia de Jesús Navas y su fútbol no pesó tanto como en anteriores encuentros. No estuvo nada afortunado en el gol de Riera y ayudó en el de Kanouté.

- Maresca. Juande anudó al equipo desde la alineación cuando dispuso a tres medios de contención. Maresca fue el síntoma de la mala organización sevillista y quedó tan inutilizado que fue sustituido en el descanso por el extremo Navas.

- Moisés Hurtado. El jugador táctico del partido para lo bueno y para lo malo. Equilibra a un equipo con una clara vocación ofensiva. Imponente físicamente, basculó bien en la medular y ayudó a los volantes y a los centrales, al tiempo que aventaba a De la Peña. Le faltó experiencia para evitar la segunda tarjeta después de tomar una primera discutible. La expulsión supuso un punto de inflexión al partido, hasta entonces gobernado por el Espanyol, y desencadenó un rosario de decisiones complicadas con los cambios para Valverde.

- Kanouté. Un ariete estupendo. Jugó igual de bien de espaldas que de cara. Descolgó la pelota, tocó para las bandas y firmó el 2-1. Le ayuda un físico imponente y un surtido de recursos para salir ganador de la mayoría de jugadas. Ayer se encontró con dos centrales que mezclan bien, Torrejón y Jarque, y le costó ganarse remates fáciles.

- Luis García. Apenas tuvo peso ofensivo en el partido o no respondió a la importancia que le dio Valverde, quien le prefirió a Tamudo -sustituido- y a Corominas. Falló además uno de los penaltis.

- Navas. El Sevilla desbordó por la banda de Navas cuando el Espanyol se quedó en inferioridad.

- Jonatas. El brasileño es un jugador exquisito, de gatillo fácil y con un buen toque de balón, que igual esponja el juego que enfoca a la portería. Remató de forma espectacular para alcanzar el empate y llegar a los penaltis, donde falló.