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Crónica:Fútbol | 34ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Real sentencia al Nàstic y se aferra a la salvación

El duelo entre los dos equipos peor clasificados de la Liga terminó con una victoria visitante, con un triunfo de la Real Sociedad que le insufla esperanzas de permanencia al tiempo que aboca al Nàstic a la Segunda División. El cuadro donostiarra hizo gala de una gran efectividad goleadora y convirtió en dianas las tres ocasiones que tuvo. El Nàstic, sin embargo, buscó con ahínco el área rival, pero se mostró escaso de efectividad.

Dos remates de Rubén Castro de buenas a primeras podrían haber decantado el encuentro del lado tarraconense. Pero la Real, más acertada, respondió a los sustos con goles. Garitano, totalmente solo en el segundo palo, remató de cabeza una falta botada desde la banda derecha por Aitor López Rekarte. Poco después, con el Nàstic tocado, la segunda llegada donostiarra se convirtió en un mazazo de difícil solución. Savio regateó con habilidad a Marco dentro del área grande y conectó un zurdazo cruzado que se coló por la escuadra.

GIMNÀSTIC 1 - REAL SOCIEDAD 3

Gimnàstic: Rubén Pérez; Calvo, Navas, Matellán, Marco; Chabaud, Morales (Grahn, m. 56); Campano (Cuéllar, m. 68), Pinilla (Merino, m. 26); Rubén Castro y Portillo. No utilizados: Bizarri; Generelo, Juan Díaz y Gil.

Real Sociedad: Bravo; Rekarte, Juanito, Víctor López, Estrada; Garitano, Aranburu (Prieto, m. 55), Ansotegi, Savio; Kovacevic (Alonso, m. 85) y Herrera (Díaz de Cerio, m. 80). No utilizados: Riesgo; Labaka, Martínez y Diego Rivas.

Goles: 0-1. M. 11. Garitano. 0-2. M. 23. Savio. 1-2. M. 30. Portillo. 1-3. M. 71. Ansotegi.

Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Kovacevic, Víctor López, Herrera, Chabaud y Garitano.

Unos 9.000 espectadores en el Nou Estadi.

Sin otra alternativa, el Nàstic se remitió a Portillo, el único que ha respondido en los tiempos complicados. Ayer no fue la excepción. Con un disparo muy lejano, desde la izquierda de la línea de los tres cuartos, coló el cuero en la red adversaria cuando lo sencillo parecía que Bravo, el portero, la atajara.

El Nàstic buscó el empate con denuedo. Lo tuvo Morales en un disparo desde la frontal que Castro desvió mal con el tobillo. Pero, sobre todo, Merino pifió dos cara a cara con el portero rival. Primero, remató de cabeza a las manos de Bravo tras un centro de Calvo, que había ganado la línea de fondo. Después realizó una pared con Castro en la frontal y, dentro del área, remató con el empeine al palo.

Cuando todo apuntaba al empate, la salida de Xabi Prieto logró oxigenar el medio campo de la Real. El Nàstic se defendió con faltas. Y, en una de ellas, Ansotegi logró el tanto definitivo al empujar en la boca de gol un centro de Herrera. En ese momento, la afición tarraconense bajó la cabeza y dio por perdida toda posibilidad de permanencia en la categoría. Lo contrario que la Real Sociedad, que nunca dio el brazo a torcer y que con el triunfo en el Nou Estadi se permite el lujo de soñar, de creer en la salvación.

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