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Reportaje:Paisajes electorales | Elecciones 27M

Por quién votan las catástrofes

Los afectados por los incendios y las riadas reparten las culpas entre los políticos y la naturaleza y, aunque no olvidan, creen que los desastres que arrasaron sus ayuntamientos no marcarán su papeleta el 27 de mayo

Sonia Vizoso

En la zona cero de la Galicia catastrófica pocos admiten tener claro qué siglas políticas deben cargar con las culpas de los fuegos y las inundaciones. El impacto por los destrozos y el miedo a que se repitan siguen presentes entre los vecinos de Cee (A Coruña) y Cerdedo (Pontevedra), dos de los municipios más castigados, pero la confusión sobre quién fue el responsable puede dejar fuera de las urnas la rabia que les invadió entonces.

La dueña de Foto Fuentes, la tienda de Cee que pagó más caro el diluvio de octubre, se estremece cuando se le pregunta por aquellos días. "Hable mejor con mi hijo, yo no puedo". Juan Fuentes rememora aquel torrente de árboles y coches amontonados que pasó por la puerta de su negocio el 2 de octubre de 2006. Le destrozó el local, el seguro no le cubrió todas las pérdidas y aún no ha cobrado las indemnizaciones de la Xunta. Es de los que piensa que fue una "catástrofe natural" provocada porque los montes que rodean Cee estaban quemados desde el verano y su suelo no fue capaz de absorber la lluvia. ¿Y quién tiene la culpa? Juan encoge los hombros. "Los partidos se la echan unos a otros".

A los vecinos de Pedre, cercados por el fuego, les están poniendo aceras después de veinte años

La mano de políticos e ingenieros ha convertido Cee en una piscina. Este municipio de A Costa da Morte, gobernado por el PP, lo recorren cuatro ríos que antaño desembocaban por separado en una amplia bahía. A finales de los años 70, los cauces fueron canalizados debajo de las casas y de las calles por conducciones sorprendentemente estrechas y se realizó un relleno que le comió 120.000 metros cuadrados al mar para levantar grandes edificios. Desde entonces, los ríos no han cesado de buscar su sitio y esta villa rodeada de eucaliptos se inunda cuando llueve, aunque nunca tanto como en octubre.

"Pero aquello fue culpa del alcalde de antes [Manuel Lamela], que era del PSOE", subraya Juan Ramón González, un jubilado, ex trabajador de Carburos Metálicos, que el día de la mayor riada salvó a sus dos nietos de morir ahogados. La repentina corriente que arrasó las calles de Cee pasó justo delante del colegio en el que estudian, diez minutos después de que salieran de clase. Él estaba en la puerta, esperándolos, y cuando vio que reventaban las arquetas, los sacó corriendo de allí y alertó al director del centro del peligro. "El castigo a los políticos en Cee por las catástrofes va a ser la abstención", dice.

Siete meses después de aquel susto, Francisco Cortés espera a su hija a la puerta del colegio de Cee. Se queja de las desastrosas canalizaciones de los ríos y de lo sucios que están los cauces. Él nota en el pueblo indignación contra el alcalde, José Antonio Domínguez (PP), aunque no tanto por los incendios y las riadas como por asuntos como la actividad inmobiliaria y empresarial de su hijo.

Dos mujeres murieron el pasado 4 de agosto en Cerdedo abrasadas por un incendio forestal mientras circulaban en su coche por una carretera. Nueve meses después, en el núcleo urbano de Cerdedo califican de "trágico accidente" y "mala suerte" aquella desgracia. El cartero del pueblo, Vicente Bugallo, insiste en que el fuego es "una cosa de toda la vida" en Cerdedo y vaticina que estas elecciones repetirán el resultado de los últimos 28 años.

Porque en este ayuntamiento, como en Cee, la familia del alcalde tiene protagonismo. El actual regidor, Silvestre Balseiros (PP), recibió el bastón de mando en medio de esta última legislatura de manos de su suegro, José Luis Jorge Caramés, que llevaba gobernando desde el franquismo. "Este es el único municipio monárquico de la nación", remacha Bugallo, con sorna.

El punto más crítico de los fuegos en Cerdedo fue la aldea de Pedre. Allí, alguien que no sabía bien las consecuencias electorales que pueden tener los incendios, ordenó hace unas semanas que se construyeran en este lugar las aceras que sus habitantes demandaban desde hace 20 años.

"Que busquen ellos a los culpables"

Aquellos días de agosto, los 80 vecinos de la aldea de Pedre, junto al límite de Cerdedo con el vecino municipio de Cotobade, fueron cercados por las llamas. Elsita Torres, de 73 años, cogió la manguera para defender la casa donde nació. Hoy se siente decepcionada con los políticos, desconfiada de que se haya detenido a los verdaderos culpables e incapaz de señalar a los responsables de aquel atentado. "Que busquen ellos [los políticos] a los culpables", espeta con una mueca de tristeza, mientras señala desde su ventana los montes negros que ahora rodean su aldea.

En Pedre hay quien apuesta por intentar un cambio en el gobierno local que acabe con la saga familiar que ocupa la alcaldía desde el franquismo. "Si hay incendios es por lo que no se hizo desde hace tiempo y de eso tienen culpa los que llevan muchos años", opina Bonifacio Ferrón, un emigrante retornado que va en las listas del BNG.

"Los fuegos son insalvables y se escapan del ámbito de la administración local", replican Lourdes Obelleiro y Diego López, trabajadores municipales. "Es muy difícil que deje de arder mientras haya locos por ahí".

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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