_
_
_
_
Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Largo

Paranoia nacional (Antena 3) es una mezcla de La parodia nacional y Moros y cristianos readaptada a los tiempos actuales. Tiene de La parodia nacional un número musical ligado a la actualidad y de Moros y cristianos un debate peleón vitoreado o abucheado por la platea. El enunciado del debate era oportuno y televisivamente metafórico: "¿El ladrillo corrompe?". Sobre esta base se levantó un programa estructurado alrededor de una escaleta que, a cambio de generar dinamismo con constantes cambios, dispersa el tema a tratar. Dos bandos algo difusos, voces estridentes capaces de interrumpirse y chillar demagógicamente, interrupciones humorísticas, mensajes sobreimpresionados (denuncias de corrupción anónimas y por SMS, un nivel de responsabilidad parecido a una de las preguntas: ¿Es culpable Isabel Pantoja?) y testimonios sobre el tema. Entre los polemistas, destaca la actitud de Risto Mejide, que busca el equilibrio imposible entre un discurso trascendente y respetuoso y, al mismo tiempo, el desagradable tono de superioridad de sus sobradas intervenciones. Es un ejercicio difícil ya que, al igual que el programa, cuesta hablar en serio y en broma al mismo tiempo, combinar las leyes del espectáculo con la argumentación documentada y hacer compatible la sinceridad de los que se lo toman en serio con el populismo de sobremesa de los profesionales.

Sumando algunos datos que proporcionaron los polemistas y algunos de los testimonios, sin embargo, se consiguió un retrato bastante aproximado de la corrupción urbanística aliñado con la irresponsabilidad que debe suponérsele a un programa que se emite de madrugada y que, en general, se hizo largo. En cuanto al papel de los polemistas, están allí para teatralizar sus excesos en beneficio propio y buscar el aplauso o el abucheo con un sentido primario de la provocación. Cuando intentaron ser brillantes y sarcásticos, nunca lograron estar a la altura del presentador, Juan y Medio, que fue mucho más ágil, inteligente, rápido y divertido que todos los demás juntos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_