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Crónica:Fútbol | 33ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Levante gana confianza con el colista

El cuadro de Abel supera claramente a un Nàstic muy entregado que sólo despertó al final

Individual y colectivamente, el Levante fue más fuerte, más rápido y más aguerrido que un Nàstic completamente entregado hasta poco antes del final, cuando sí dio alguna sensación de querer disputar el partido. Antes, no. Antes jugó sin intensidad, sin ambición, sin alma. Totalmente convencido de su fatal destino. Asustando a la parroquia granota menos que un pequinés.

El cuadro de Abel salió victorioso en casi todos los uno contra uno. Acabó la primera parte con una superioridad aplastante, con la hinchada eufórica, puesta en pie, como dando por descontado que este equipo merece seguir en Primera. La gente se fue a tomar el café sin atisbar una amenaza por ninguna parte. Molina vivió la tarde más apacible de la temporada.

LEVANTE 2 - GIMNÀSTIC 0

Levante: Molina; Descarga, Alvaro, Alexis, Courtois; Ettien (Zé Maria, m. 90), Berson (Camacho, m.70), Tommasi, Kapo; Riga y Salva (Nino, m. 80). No utilizados: Cavallero (p.s.), Reggi, Dehu y Robert.

Nàstic: Rubén Pérez; Calvo, César Navas, Matellán, Juan Díaz; Cuéllar (Rubén Castro, m. 65), Chabaud, Morales (Generelo, m. 46), Gil, Grahn (Pinilla, m. 46); y Portillo. No utilizados: Bizarri (p.s.), Serrano, Campano y Marco.

Goles: 1-0. M. 30. César Navas, de cabeza, en propia puerta. 2-0. M. 40. Riga marca con la izquierda tras una serie de rechaces.

Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Alexis, Tommasi, Morales, Pinilla y Gil.

24.147 espectadores en el Ciudad de Valencia. Mejor entrada de la temporada.

Abel consiguió apuntalar al Levante por el mismo centro. Berson y Tommasi, dos tipos duros, con el cuerpo lleno de cicatrices, marcaron las directrices a seguir. Ordenaron la presión para que el Nàstic no saliera de su campo. Ocuparon perfectamente los espacios. Y desde allí lanzaron a Ettien, Riga, Kapo y Salva, otro centro de gravedad en el punto de penalti. El polémico delantero ejerce una atracción sobre el cuero. Siempre le cae al menos media docena de veces para rematar.

El Levante entró con facilidad por las bandas, centró más o menos bien y Salva remató casi siempre, ante una defensa muy colaboradora con el ataque local. César Navas, por ejemplo, cabeceó el primer gol en su propia portería. Un regalo que abrió la veda. La aprovecharía Riga antes del descanso, en otro fallo clamoroso de la defensa tarraconense, que dejó que chutaran y chutaran hasta que fue gol. Antes de sacar de centro tras encajar el segundo gol, Portillo le pegó una bronca tremenda a Gil por una jugada anterior. Pero poco después el ex delantero del Real Madrid disparó sin ningún ángulo, desde una esquina, fuera, mientras Gil esperaba el pase en el centro, como pensando: "¿Y ahora, qué?"

Paco Flores sintió vergüenza de la primera parte de su equipo y retiró a dos de sus centrocampistas (Morales y Grahn) para tratar de recomponer la figura con Generelo y Pinilla. Sin éxito. El partido siguió gobernado por el compás de Bersón y Tommasi, que lo abrieron a la derecha, donde llegaba el expreso de media tarde: Ettien. El marfileño se tiraba el balón 20 metros adelantado y el lateral izquierdo, Juan Díaz, no tenía tiempo ni de saludarlo. Ciao. El Levante celebró la tarde con estruendo y se las prometió felices para la semana que viene en Balaídos, donde se decidirá gran parte de su permanencia. Y la del Celta.

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