CUADERNO DE CAMPAÑA

- Nada cambia, ni lo malo. Cinco días para la campaña y estamos como hace cuatro años. La Justicia trabaja a destajo para evitar que los que pretenden suceder a Batasuna, la formación ilegal que apoya a ETA, puedan ser concejales, alcaldes o diputados tras el 27-M. Lo demás sigue parecido: 33.757.873 electores (417.000 más que en 2003) repartirán algunos puestos menos que hace cuatro años (de 65.522 concejales se baja a 65.347) tras dirimir 8.111 batallas municipales (tres más). Por primera vez, las listas de los partidos son paritarias, lo que garantiza que en ayuntamientos, diputaciones y parlamentos autónomos habrá más mujeres y menos hombres que nunca.

- Un arranque calentito. La campaña arrancará en la medianoche del jueves. Habrá pegada simbólica de carteles con mucho ruido y luces. El ruido seguirá después en la calle. La Asociación de Víctimas del Terrorismo, que lleva tres años de campaña contra el Gobierno, convoca nuevas movilizaciones para el 12 de mayo para que el etarra Iñaki de Juana, que cumple su último año de condena en prisión atenuada -ahora en el hospital, después en casa bajo vigilancia-, regrese a la cárcel.

El partido Acción Nacionalista Vasca, ausente de las urnas desde 1977, que repudia la violencia pero homenajea cada año a los etarras muertos, también saldrá a la calle ese día contra el Gobierno, que ha impugnado la mitad de sus listas.

- Los imputados juegan; la propaganda, no. Cada día, algún político, ya sea del PP o del PSOE, recuerda a su adversario que, cuando la justicia investiga un asunto irregular, el afectado debe retirarse y no presentarse a las elecciones. Y todos los días los políticos, ya sean del PP o del PSOE, hacen oídos sordos a estos consejos. Por eso, algunas listas llevan la sombra de la sospecha. Cada día, un gobierno municipal o autonómico utiliza el dinero público para hacerse autobombo. En tiempo de elecciones, eso es juego sucio.