Rijkaard: "Messi es una joya, pero tiene que protegerse"

"Yo cuando juego, no tengo miedo. ¿De qué iba a tener miedo? ¿Por qué?", se preguntaba recientemente Leo Messi en una entrevista, días después de marcar el gol frente al Getafe que dio la vuelta al mundo y en el que se reencarnó en Maradona. Pues ayer tuvo un ejemplo. El partido agonizaba, el Camp Nou estaba preso de un ataque de nervios ante lo ajustado del resultado y Messi pilló un balón en la banda derecha. El estadio pareció erguirse cuando el argentino se fue directo a la portería. No pudo llegar al área porque Alexis le hizo una entrada criminal que comportó que el pequeño delantero diera varias vueltas por el césped, sobre el que quedó tendido. La grada se tiñó de pañuelos blancos. El árbitro sólo mostró al central la tarjeta amarilla.

Messi, al final del encuentro, sólo pareció disgustado por haber fallado tantos goles sin darle mayor importancia a la entrada. "Como dije recién, estamos en todos en el campo y vamos a lo mismo. El árbitro es que el manda y es él el que se tiene que dar cuenta si en las entradas hay mala intención o no", dijo el argentino que revolucionó el juego del Barça con un eslálom y un balón al travesaño. Frank Rijkaard, técnico azulgrana, no quiso entrar en el debate abierto por su colega Bernd Schuster que lamentó que sus jugadores no hubieran entrado antes en falta a Messi el día que pareció Maradona y regateó hasta cinco defensas del Getafe antes de marcar. "Hay que ver como Messi maneja el balón y lo que hace en el campo. Se hacen muchas faltas sobre Leo pero es un poquito una trampa porque es muy fuerte físicamente. Casi siempre recibe entradas, pero él sigue corriendo y es complicado que los árbitros las vean. Es una joya verle jugar", le alabó el holandés. "Él alterna los espacios, dribla, finta y busca la profundidad. Tiene que leer el momento del partido y protegerse a sí mismo".