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Crónica:Tenis | Open de Godó
Crónica
Texto informativo con interpretación

"¡Vaya calvario!"

Ferrer lleva al límite a Nadal en el inicio, pero el mallorquín reacciona y se convierte en el 'número uno' del año, por encima de Federer

El límite no se vislumbra. Rafael Nadal, 20 años, parece incombustible e inasequible desde que pisa una pista de tierra batida. Da lo mismo que enfrente tenga al suizo Roger Federer, o que sea uno de los mejores tenistas de tierra batida, como el alicantino David Ferrer, su rival de ayer en el Open Seat-Godó de Barcelona. Nadal no distingue a nadie. Antes de entrar en la pista se concentra, se mentaliza de que puede perder y cuando pisa la arena es sólo para darlo todo, para entregarse a fondo y para sacar el máximo rendimiento al tenis que lleva dentro. ¡Y es mucho!

Sus rivales lo saben. El mismo Ferrer, 16º mundial, forzó ayer hasta los límites a Nadal en la primera manga y estuvo incluso a dos puntos de anotársela con 5-4 y 30-30 sobre el saque del manacorí. Sin embargo, el nivel de exigencia era excesivo incluso para un luchador como él. Perdió por 7-5 y 6-1. A lo largo de su carrera las ha visto de todos los colores. Incluso estuvo a punto de abandonar el tenis en su etapa de formación porque no se sentía cómodo en la escuela de la federación catalana, alejado de los suyos, en Xàbia. Pero cuando decidió seguir, se convirtió en uno de los tenistas más correosos, un gladiador de las pistas, con dos notables golpes de fondo y un nada despreciable saque.

"Ha sido el partido más difícil que he ganado este año sobre tierra", asegura el manacorí
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Esas características le han valido para ser considerado un jugador peligroso, que ha ganado tres títulos en el ATP Tour: Bucarest, Stuttgart y Auckland, éste último ganado en enero pasado. Nadal confesó al salir de la pista, tras derrotar a Ferrer y asegurarse el pase a su tercera final consecutiva en el Godó: "Ha sido el partido más difícil que he ganado este año sobre tierra". Y no es algo gratuito, teniendo en cuenta que entre sus víctimas está el mismo Federer, a quien venció en la final de Montecarlo. Todo eso da aún más valor al comentario de Ferrer: "Cuando juegas contra él, dices: ¡vaya calvario! Te acaba desesperando, porque defiende todas las bolas y cuando te ataca no paras de correr. Acabas un poco harto. Al final, me ha fulminado".

Que todo eso lo diga un tenista que se distingue por su espíritu combativo y por estar dispuesto a sufrir en la pista tanto o más que Nadal, es muy significativo. Porque delata un estado de resignación latente ya incluso en los únicos jugadores que pueden cerrar el record de 71 victorias consecutivas que atesora Nadal en tierra batida. Su victoria de ayer tenía un carácter especial para el propio Nadal, porque le situaba por primera vez en el liderato de la clasificación por puntos del año, la race. Desde ayer, Nadal tiene 347 puntos y Federer, 346. Y si gana la final, sumará otros 18 puntos. Pero este ranking sólo sirve para demostar quien está jugando mejor esta temporada. En el ranking de regularidad, Federer sigue dominando con 7.290 puntos y con una ventaja de 2.415 sobre Rafael Nadal, segundo.

Para Nadal, la final de hoy será otra prueba de fuego. Se enfrentará a Guillermo Cañas, quien el pasado mes de septiembre concluyó una sanción de 15 meses por dopaje que tiene recurrida en un tribunal ordinario. Cañas, de 30 años, no está muy lejos de los esquemas de juego de Ferrer. También él lo da todo en la pista, tal como demostró en su semifinal contra el también argentino Agustín Calleri, en cuyo partido tuvo que recibir asistencia por calambres en los dedos de su mano derecha y luego por ampollas en el pie izquierdo. Tras casi tres horas sobre la pista, venció por 7-6, 6-7 y 6-2. Sabe lo que es sufrir. Pero viendo el partido de Nadal y Ferrer comprendió también que eso no basta: hay que jugar al límite, buscando golpes ganadores en cada jugada sin cometer errores. Muy difícil. "No pensaré en cerrar el récord de Nadal", confiesa el argentino. "Seguiré con mi esquema e intentando dominar los puntos. Pero Rafa está desplegando el mejor tenis de su vida". No le falta razón a Cañas ni fuerza al manacorí quien, tras vencer a Ferrer, jugó la semifinal de dobles junto a su amigo Tomeu Salvà. La pareja mallorquina derrotó a la israelí formada por Jonatahan Erlich y Andy Ram (séptima del ranking ATP), por un doble 6-4. La final de dobles, que se disputará a continuación de la individual, la jugarán ante el rumano Andrei Pavel y al alemán Alexander Waske.

Nadal, durante su partido ante Ferrer.
Nadal, durante su partido ante Ferrer.EFE

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