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Juande Ramos: "No hemos cogido el pulso al partido"

Al técnico sevillista, Juande Ramos, no le hizo mella el gol de Soldado, por lo visto. Mostró una actitud abiertamente optimista respecto a la eliminatoria. "Se encuentra totalmente abierta y esperemos que en la vuelta podamos voltear el resultado", explicó en la rueda de prensa posterior al partido. Sin embargo, pese al voluntarismo cara al partido que se disputará en Sevilla el próximo jueves, el entrenador sí se mostró duro respecto al juego desplegado por su conjunto. "No hemos cogido el pulso al partido en ningún momento y nos han superado en todo tipo de jugadas divididas", resumió. Además, se mostró molesto al entender que no había existido tiempo de descuento tras la lesión del árbitro Eric Braamhaar, que abandonó el campo en la primera parte con una rotura en los gemelos de la pierna izquierda. Juande lamentó que el cronómetro corrió sin añadidos, a pesar de que el partido estuvo interrumpido durante cinco minutos.

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La cara contraria del choque la mostró Cuco Ziganda. Serio, como de costumbre, no dudó en halagar el juego de su conjunto, que calificó como "un partidazo". "Pocas veces, ni en Liga ni en Copa ni en UEFA, hemos visto sufrir tanto al Sevilla y eso es un mérito", explicó. "No vamos a pretender que la vuelta sea fácil y que nos vuelva a caer la lotería de Leveruksen", añadió, aunque recalcó que, de repetir el planteamiento de ayer, "Osasuna es un equipo muy difícil de parar. Hemos hecho un gran partido, pero sabemos, desde antes de la eliminatoria, que para clasificarnos tenemos que hacer dos grandes encuentros".

El presidente de Osasuna, Pachi Izco, por su parte, se mostró más ambicioso después del corto resultado: "Hemos merecido algún gol más. A ver si la Feria de Abril les cansa, pero [la vuelta] va a ser un partido complicado de resolver".

El goleador del encuentro, Roberto Soldado, aseguró que la lesión del colegiado había sido "una pena" porque afectó a los mejores minutos de Osasuna. Además, indicó que el cabezazo que batió a Cobeño "ha logrado compensar el sabor agridulce de la tarjeta amarilla", recibida en la jugada anterior y que le impedirá disputar el próximo partido en el Sánchez Pizjuán.

Poulsen reconoció que Osasuna es un conjunto muy difícil de ganar en Pamplona. Pese a los elogios, mostró, al igual que Juande Ramos, su convicción de llegar a la final de Glasgow. "Tenemos confianza porque creemos que en Sevilla impondremos nuestro juego".

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