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Pujol defiende la gestión cultural de Max Cahner en un homenaje

El restaurante barcelonés Fonda de España, acogió ayer un concurrido homenaje a Max Cahner, consejero de Cultura de la Generalitat en el primer Gobierno de Jordi Pujol, entre los años 1980 y 1984. En el acto, organizado por la Fundación Ramon Trias Fargas también se presentó la miscelánea Servir Catalunya. Homenatge als 70 anys de Max Cahner (Publicacions de l'Abadia de Montserrat), una obra en la que varios autores reivindican su labor política y activismo cultural. El libro recoge aportaciones de Heribert Barrera, Oriol Bohigas, Josep Maria Castellet, Josep Fontana, Albert Manent, Jordi Pujol y Vicenç Villatoro, entre otros. Y Villatoro actuó ayer de maestro de ceremonias y reconoció que la edad redonda de Cahner, 70 años cumplidos el pasado mes de diciembre, era sólo una excusa para brindarle el reconocimiento que, a su juicio, se merece.

Entre los asistentes al homenaje se encontraban representantes de la cultura catalana, como el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Porta, y el director del Museo de Historia de Cataluña, Jaume Sobraqués. Otros, como el actual consejero de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat, Joan Manel Tresserras, excusaron su ausencia por compromisos anteriores, pero enviaron un mensaje de adhesión al acto.

En el turno de agradecimientos, Cahner -de origen germánico- explicó que su trayectoria política fue resultado de una cadena de casualidades que comenzó de adolescente al recibir un regalo literario: Primera història d'Esther, de Espriu. Por su parte, Pujol quiso aprovechar la ocasión para negar algunas de las acusaciones que acompañaron a la gestión de Cahner, cuyos críticos tildaban de sectario y de tener una visión muy provinciana de la cultura.

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