Descalabro de los partidos pequeños, que esta vez no tuvieron influencia
En 2002, los llamados "siete enanitos" de izquierda radical -distintas corrientes trotskistas, los comunistas, verdes y soberanistas- sumaron entre todos un 26% de los sufragios de la primera vuelta, un resultado que descabalgó al candidato socialista Lionel Jospin, que se quedó en un 16,18% y fuera de la disputa de la segunda vuelta.
En 2007, la lógica del voto útil y la integración de dos de los grandes rivales -el soberanista de izquierdas Jean-Pierre Chevènement y la radical de izquierda Christiane Taubira- en el equipo electoral de Ségolène Royal ha contribuido a desactivar la capacidad de perturbación que tienen las alternativas a la izquierda del socialismo, dejándola esta vez en torno al 10%.
Los sondeos a pie de urna parecen coronar entre los tres grupos trotskistas al joven (33 años) cartero Olivier Besancenot. Con el 4,3% de los votos, ha triplicado a la veterana Arlette Laguiller, que era candidata por sexta y última vez a la presidencia de Francia y ha sacado aún más al desconocido Gérard Schivardi (0,36%), el hombre que todo lo quiere estatalizar.
Otro duelo interesante entre los minoritarios enfrentaba a la verde Dominique Voynet y al supuesto representante de la ruralidad, Frédéric Nihous, que tenía como único objetivo superar a la ecologista, bestia negra del lobby de cazadores y partidarios de la agricultura intensiva. Nihous ha fracasado pero Voynet, con un 1,57%, parece indicar que nadie hereda la reivindicación ecologista.
Para los comunistas, el desafío de la candidata Marie Georges Buffet no tenía demasiado misterio, consistía en superar el catastrófico 3,37% de Robert Hue en 2002. Hoy en día el Partido Comunista Francés tiene más afiliados que votantes. Nadie cree en su futuro, pero todos desearían que lo tuviera. Buffet ha logrado lo imposible: un resultado peor que el de Hue, por debajo del 2%.
El alter-mundialista José Bové se ha presentado en nombre de la unidad y sólo ha aportado un poquito más de división a la familia de la izquierda radical. Quería quedar por delante de Besancenot, Buffet y Laguiller, a los que acusaba de "anti-unitarios". El resultado, cerca del 1,35%, es muy decepcionante para él.
Y muy decepcionante también para el vizconde Philippe de Villiers, que ha quedado muy lejos del 5%. Quería capitalizar el voto antimusulmán de la derecha y el voto conservador contrario al Tratado Constitucional europeo. No lo ha conseguido.
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