"No siempre puedo ser el rey"

Asomó la cabeza Andrea Dovizioso, vigente subcampeón del mundo de 250cc, y se acercó a Jorge Lorenzo, con quien se espera mantenga una gresca de aúpa durante toda la temporada. El italiano, de 21años, superó al campeón, dos años menor que él, en el último suspiro de la carrera, al trazar la zona lenta del circuito turco, cuando ambos se enmarañaron en una serie de maniobras que perseguían el objetivo de encarar la recta de meta con la moto erguida y colocada al frente.

Si Lorenzo depura valentía y arrojo cuando se monta en su Aprilia, en Dovizioso destacan la frialdad y precisión que demuestra encima de su Honda. Son éstos sus principales argumentos en una carrera como la de ayer, en la que su moto parece haber recuperado el brío que perdió durante el ejercicio pasado. Desesperado, el piloto de Forli sufrió en 2006 el empuje de Lorenzo y su moto, que se exhibió mucho más potente que la herramienta con la que contaba él. Aunque la diferencia entre la moto japonesa y la italiana en el dos y medio aún no se ha enjugado del todo, la mecánica japonesa parece haberse acercado en prestaciones a la de Noale. Sólo así puede interpretarse que, en un circuito donde la potencia de los motores resulta decisiva, el italiano aguantara los estirones, primero de Álvaro Bautista y luego del mallorquín, obligado a remontar como se vio Giorgio tras arrancar, una vez más, de forma calamitosa.

Embutido en medio de un peligroso enjambre, el corredor balear aguardo a que se sosegara el enredo de los primeros instantes y, a décimas, se escapó en busca del dúo Bautista-Dovizioso. Aprovechando la riña que ambos mantenían al frente, el corredor del casco dorado fue engullendo asfalto hasta encontrarse con ellos. Hasta entonces había restado en letargo pero, cuando se desperezó -en la vuelta 12-, el campeón se deshizo de sus dos contrincantes en sólo una maniobra.

Fue antes de la horquilla, donde después perdería la carrera. Lorenzo aprovechó uno de sus puntos fuertes: la frenada. Trazada la curva más rápida del campeonato, que en la categoría intermedia se aborda a más de 230 kilómetros por hora, el español se abrió a la derecha y, tras esperar al último momento para accionar los frenos, cerró su trayectoria colocando su moto pegada al piano. Dovi, como se conoce al transalpino, hizo lo posible por recuperar la posición y ambos se tocaron en las dos curvas enlazadas posteriores, pero la cabeza de la carrera fue para el español.

Desde aquel momento y hasta cruzar debajo de la bandera de cuadros, los dos principales opositores al título se enzarzaron en una serie de adelantamientos a los que, en algún momento, también se apuntó Bautista que, en su primer año en la categoría, ha demostrado una facilidad para adaptarse a la moto asombrosa. Se sucedieron los adelantamientos y la última sección del trazado dictó la sentencia porque Lorenzo cometió un error. O más bien dos. "Primero me he equivocado en la frenada. Me he ido largo y, para recuperar, he abierto el acelerador y la he vuelto a fastidiar" reconoció Lorenzo. Y finalmente zanjó: "No siempre puedo ser el rey de la última vuelta".