A Primera a toda velocidad
Valladolid celebra el regreso del Pucela a la máxima categoría a falta de ocho jornadas
El encargado del césped del Zorrilla era un manojo de nervios minutos antes de partir de viaje hacia Tenerife. Bromeaba con unos, cogía en brazos a Capdevila, no podía parar, no podía esperar a que fuese domingo y por fin el Valladolid hubiese regresado a Primera. Los jugadores sonreían relajados. Si no es en Tenerife ya será después, quedan muchas jornadas, tenemos mucho colchón. Pero fue en Tenerife. Ganaron 0-2. La afición cantó el alirón en abril.
El secretario técnico o director deportivo -"es que no tengo claro cual es el nombre para lo que hago"-, José Luís Pérez Caminero suspira aliviado. Llegó al Valladolid dos años atrás y sólo ha tardado diez meses en cogerle el hilo al puesto, en encontrarse con Mendilibar y en formar un bloque que ha roto todos los récords, que ha conseguido el ascenso antes que nadie. "Lo que nadie sabe es la falta que nos hacía el ascenso, la necesidad que este club tenía de estar en Primera porque si no, la continuidad de la entidad estaba muy complicada", asegura. Hace ya un par de meses que el Valladolid tenía el ascenso en la mano, pero Caminero lo vio hecho cuando terminó enero. "Sí, porque ese es el momento más importante de toda la temporada, cuando se vuelve del parón de Navidad. Ahí es donde te puedes caer o donde puedes romper la clasificación". Y allí es donde el Valladolid hizo un hueco que nadie ha podido enjugar.
Sin embargo, el equipo de Mendilibar no tenía condición de favorito al inicio de la temporada. El propio Caminero y el presidente, Carlos Suárez, insistían en que tenían entre manos algo que no buscaba el éxito inmediato, escarmentados por los fiascos de los dos intentos anteriores con Marcos Alonso y Sergio Kresic. "Había que calmar los ánimos y ser sinceros con los aficionados del Valladolid. Era un proyecto con una reducción importantísima de sueldos y había que intentar formar un bloque con gente que quisiera estar aquí por la institución, porque es un equipo con una historia en Primera. Si fuera por razones económicas más de la mitad estaría en otro sitio, porque nuestro presupuesto es de seis millones. Pero creyeron en nosotros, en el entrenador y ahí están", asegura Caminero, quien en Valladolid, de joven, creció como jugador de Primera.
La primera apuesta clara fue el entrenador. Carlos Suárez lo tuvo en mente desde que el Eibar de Mendilibar pasó por Zorrilla con Silva y Llorente. Estaba acostumbrado a trabajar con jugadores en proceso de formación, según Caminero, "porque es muy claro, muy directo y muy sencillo, y eso es lo que más necesita el futbolista". El Athletic de Bilbao lo contrató en 2005. Suárez aguantó con Marcos Alonso, pero no olvidó su idea y un año después juntó en el despacho y en el campo de entrenamiento a Caminero y Mendilibar. "Es una relación especial y estrecha", cuenta Caminero, "pero porque no puede ser de otra manera. Nosotros nos juntamos todos los días a las nueve de la mañana y estamos trabajando hasta que comienza el entrenamiento. Hablamos del rival de la semana, de la categoría, de jugadores. Desde la primera vez que me encontré con él me gustó su filosofía del fútbol y lo que le gusta el fútbol"
Las primeras semanas fueron muy difíciles. En seis jornadas, sólo seis puntos, pero nadie perdió los papeles pese a la urgencia económica y deportiva. Según Caminero, "la clave de todo es la humildad y la tranquilidad con la que se comenzó la temporada. Éste era un proyecto para dos o tres temporadas con gente joven y sobre todo apoyándonos en el entrenador, pero el fútbol es tan caprichoso que de repente te ves entre los mejores, luchando por los puestos de arriba. Nos dio fuerza el ver que tenemos una masa social que no había decrecido con exceso tras dos años de fracaso. A partir de ahí ha habido un cúmulo de cosas que hacen que en un equipo vaya todo sobre ruedas. El éxito en el fútbol y más en un equipo modesto es cuestión de pequeños detalles".
El Valladolid ha terminado por romper las mejores marcas de la Segunda División. No ha perdido un solo partido desde el 1 de octubre de 2006, puede superar el récord de puntos del Alavés y ha alcanzado el ascenso antes que nadie, cuando todavía quedan dos meses de campeonato en los que Caminero comenzará de nuevo a jugar con un presupuesto precario, a formar un equipo a base de cesiones, de opciones de recompra, y de unos cuantos cambalaches más: "sí, es un problema trabajar así, pero la presión es para todos porque el que maneja muchos millones para fichar tiene la misma obligación de acertar que tengo yo. A veces es más fácil ver la proyección de un jugador que fichar a una estrella, pero creo que si tenemos paciencia en las primeras jornadas y con algunos retoques podemos pasar un año tranquilo en Primera División".
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