_
_
_
_

Roger Waters inunda de música el Palau Sant Jordi

Una vieja radio, un bimotor de época sobre la misma, el humo de un cigarrillo en un cenicero, un vaso de whisky y una mano que al mover el dial pasaba de Elvis a Chet Baker de My funny Valentine. Eso era lo que el público veía y oía al entrar en el recinto y, sí, mejor no podía expresarse que la mirada de la noche se dirigía hacia atrás. Estos motivos llenaban la pantalla que presidía el escenario en el que Roger Waters interpretó anoche The dark side of the moon y una larga lista de éxitos de Pink Floyd en un concierto de tres horas en un Palau Sant Jordi repleto. El concierto comenzó pasados pocos minutos de las 21.30. Roger Waters vestía de negro impoluto que resaltaba sus canas. La pantalla borró radio, whisky y avión y los sustituyó por motivos rojos. El sonido era sobresaliente, espectacular.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_