Rajoy pide una oportunidad para su partido en Marbella para recuperar "la decencia"

Por una vez, PP y PSOE están de acuerdo. Mariano Rajoy pidió ayer en un mitin celebrado en el palacio de congresos de Marbella (Málaga) que se dejen de lado las horas negras de la ciudad para pasar a hablar del futuro, algo sobre lo que también incidió el pasado jueves el presidente de la Junta, Manuel Chaves, justo sobre el mismo escenario. Rajoy arropó en un mitin a su candidata a la alcaldía, Ángeles Muñoz, destacando su honradez y capacidad para "aglutinar ilusiones". El líder popular pidió que se dejase atrás el recuerdo de "todos los concejales del PP" que no entraron en la moción de censura que encumbró a Marisol Yagüe a la alcaldía y aseguró que el PP devolverá "la decencia" a la ciudad.

Sus declaraciones llegan en una semana en la que una operación contra el blanqueo de capitales centrada en el despacho de abogados Cruz Conde ha vuelto a revolucionar la ciudad con la detención de 20 personas, siete de ellas en prisión.

A pesar del propósito de Rajoy de no remover el pasado, tanto su candidata a la alcaldía como el líder andaluz del PP, Javier Arenas, incidieron durante sus intervenciones en la corrupción municipal destapada con el caso Malaya, y mantuvieron que el PSOE se ha llevado mucho dinero de Marbella. "Todavía no les he oído pedir perdón por tener aquí a Isabel García Marcos. Son los grandes maestros de la corrupción, ellos enseñaron al GIL, que pagó y por eso los ha tenido callados", dijo Muñoz.

El acto llenó un auditorio con capacidad para unas 1.200 personas, que agitaron banderas nacionales durante poco más de dos horas. En el decorado, destacaban las palabras "confianza" y "honradez".

Muñoz arremetió contra su adversario en la carrera a la alcaldía, el socialista Paulino Plata. "Es el candidato de las tres D: desgana, desprecio y desconocimiento", dijo, tras calificar su candidatura de "fantasma".

La popular también criticó la tarea de la Comisión gestora, haciendo alusión a los despidos de cargos de confianza de la corporación implicada en el caso Malaya, y prometió, tanto a éstos como a los funcionarios del Consistorio "estabilidad laboral". Como contraposición, anunció que los primeros sueldos que piensa bajar serán los de su gobierno.

El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, habló en segundo lugar. Su intervención -en la que miró en varias ocasiones el reloj- duró 20 minutos y tomó como interlocutor imaginario al presidente la Junta, al que llamaba constantemente "Manolo".

Mantuvo una vez más que no pensaban explicar la financiación de las 12 sedes que el partido tiene en la ciudad y pidió a los socialistas que revelaran dónde ha ido "el medio billón que se ha robado". Acusación que también hizo Muñoz.

Arenas reivindicó que se salde la deuda histórica de Marbella a través de la devolución de todo el dinero de la investigación y de la corrupción y exigió a la Junta que devuelva los impuestos ilegales que ha cobrado.

El líder del partido, Mariano Rajoy, con una intervención que sobrepasó los 40 minutos, cerró el acto pidiendo a los votantes una oportunidad al PP "porque nunca ha gobernado en Marbella" y prometió una etapa de decencia.