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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cervanteando la vida

Jordi Gracia

El entusiasmo pertenece al orden moral de la puerilidad, incluso de los faltos de discernimiento, y quienes incurrimos en él con más frecuencia de lo que nuestra inestable reputación admitiría, nos arrepentimos después de haberlo expresado, como si el pudor ganase al final la batalla a la desvergüenza. Pero mentiría astrosamente si callase la celebración de estos tomos anuales, y empiezo abiertamente por ahí, por celebrarlos como una costumbre alimentada de sorpresas y cuajada en el asombro por tantísimas páginas de un escritor que ha dado con una fórmula de un clasicismo tan vivaz y risueño que se antoja de toda la vida, pero es suya. No llego a saber del todo, después de los miles de páginas de esta novela en formato de diario (éste es el tomo 14 de su Salón de pasos perdidos. Novela en marcha), si la ley de mi fidelidad está en el tono constante o en la variedad desconcertante, en la aptitud para umbralear aquí un rato, cervantear allá otro poco, instalarse en la mirada socarrona del marginal fingido un poco después o mercadear directamente con las vidas de los demás cuando se cruzan con la propia.

LA COSA EN SÍ

Andrés Trapiello

Pre-Textos. Valencia, 2007

729 páginas. 35 euros

Entre las virtudes mayores

a las que los profes no somos demasiado sensibles por escrito está el humor, y en estos diarios el festival es inagotable, con las carcajadas repartiéndose por toda la casa, mientras me reía de las hipocondrías del que teme los aviones y se sube a uno hacia México, o reía de la cara de bobo que al autor se le pone en ocasiones señaladas, o de lo bien que sabe urdir la autoparodia para ir más a fondo en la burla malévola de éste o de aquél. Lo admirable es que tantas veces éste o aquél son personajes principales, como en el retrato de Luis María Ansón, impagable de risa y burla, al igual que el poder suele salir malparado, sea el que sea el poder. La retórica de la inocencia es una conquista de estos diarios que los emparenta con una especie de Lázaro de Tormes pasado por el Tristram Shandy de Sterne, lo que significa regresado a Cervantes y dueño de un castellano tan plástico y claro, tan rico y preciso en el léxico y los giros, que emparenta con la naturalidad de Baroja y de Azorín, y si se puede decir, diría que de Josep Pla también, y nunca desdeña la lírica recortada de Juan Ramón. Y todo eso a pesar de que estos diarios han ido perdiendo ensimismamiento reflexivo para ganar descarado impulso narrativo, porque todo es narración aquí, o casi todo, y narración sin sufrimiento y con jovialidad.

Si se conoce al autor, los

diarios incluso mejoran porque se advierte sin dificultad la distancia que va de un narrador inventado al sujeto real, más atrapado en los recelos y entretelas de un hombre cualquiera, sin que en él haya de sospecharse al estupendo escritor: espero que se entienda con nitidez que hablo de las virtudes de la literatura y de la libertad de un escritor para hacerse su propio género a la medida de una vocación de novelista con las medidas de un diarista fabulador. No diré que se me hayan hecho cortas estas setecientas páginas, pero superaré la vergüenza para decir que espero impúdico la ventura de las siguientes.

El escritor leonés Andrés Trapiello (1953).
El escritor leonés Andrés Trapiello (1953).BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Jordi Gracia
Es adjunto a la directora de EL PAÍS y codirector de 'TintaLibre'. Antes fue subdirector de Opinión. Llegó a la Redacción desde la vida apacible de la universidad, donde es catedrático de literatura. Pese a haber escrito sobre Javier Pradera, nada podía hacerle imaginar que la realidad real era así: ingobernable y adictiva.

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