"La coalición con el BNG ha sido un descubrimiento"

José Luis Méndez Romeu (A Coruña, 1951) no está muy seguro de lo que cuesta un café, aunque después de lo que ha llovido es consciente de que la variedad de precios le ahorra una respuesta. Pero reconoce abiertamente que "a veces, en los puestos públicos, la necesidad de ver lo general puede hacer perder de vista el problema puntual". Él mismo cumple este año dos décadas en puestos de representación. Y pide más tiempo para que se hagan visibles todas las aportaciones del Gobierno del cambio.

Pregunta. Existe la sensación de que las medidas que ustedes denominan de regeneración democrática no avanzan de forma significativa. La transparencia no acaba de funcionar y siguen pendientes medidas en relación con la publicidad, las ayudas a los medios de comunicación o la reforma de la CRTVG.

"El PP lleva anclado en el pasado desde el momento en que perdió la Xunta; no ha sido capaz de plantear ninguna alternativa"

"No puedo entender que un alcalde pueda decir que hace algo que es legal pero no es ético. Eso no es asumible, la sociedad necesita garantías"

"No conozco en detalle el asunto [Antonio Losada] pero no creo que, de momento, se haya producido una lesión de la imagen de la Xunta"

Respuesta. La ley de transparencia no es un punto final sino el inicio de un proceso. Ha aportado más claridad e información. Es cierto que para el pleno desarrollo de una norma como ésa se necesitan cambiar los registros y eso lleva tiempo. Tenemos a debate un borrador sobre publicidad institucional y en trámite una ley de subvenciones. Se están dando pasos y habrá que abordar el resto de los compromisos.

P. ¿Habrá que esperar a después de las generales para volver a negociar el Estatuto?

R. Habrá que esperar a que el PP quiera realmente aprobar un Estatuto. Y eso depende de la coyuntura general del PP de España. Podemos adoptar una postura pesimista y pensar que se van a mantener absolutamente hostiles a cualquier acuerdo hasta la previsible derrota en las elecciones generales o podemos ser cautamente optimistas y pensar que en Galicia el PP tratará de anteponer los intereses de la comunidad a los suyos. No hay datos para avanzar una fecha. El compromiso que hemos asumido es seguir avanzando en las capacidades del vigente Estatuto, como es el caso de la policía autonómica, que corresponde a una competencia de hace 27 años y que, en un plazo de tres a cuatro semanas, verá la luz.

P. ¿Cuándo será visible?

R. De acuerdo con la ley, una vez que existe una normativa debe abrirse un proceso de negociación con Interior. Ese será el momento de poner sobre la mesa las demandas concretas, que deben tender a servicios especializados como el tráfico o la protección de la naturaleza, donde la experiencia demuestra que los servicios dirigidos desde Madrid tienen dificultades para obtener resultados óptimos.

P. No hay un horizonte concreto, entonces.

R. Es difícil adelantarlo. Las negociaciones siempre son complejas y tienen que acompasarse al calendario del Gobierno de Madrid, que como es sabido está en el último año de legislatura.

P. ¿Espera un cambio del mapa político en las municipales?

R. Sin duda. El Gobierno de Galicia, nacido de las urnas hace año y medio, está cumpliendo sus objetivos, y el PP lleva anclado en el pasado desde el momento en que perdió la Xunta, no ha sido capaz de plantear ninguna alternativa en ningún problema y cada vez aparece más como un partido absolutamente satélite de la política estatal popular.

P. ¿Pero es batible?

R. Si lo entendemos en número de votos, creo que perderán la mayoría. Si es en número de habitantes gobernados por la izquierda, sin duda la perderán. En número de alcaldías es distinto. hay muchos ayuntamientos con poca población y es ahí donde el PP ha tenido una gran resistencia.

P. Después de lo que pasó con el Estatuto, el consenso con el PP para la reforma electoral parece inviable.

R. Los consensos en política tienen un valor importante pero siempre que estemos dispuestos a buscarlos. Ahora mismo tenemos paralizada la renovación del Consello de Contas sin ningún motivo más que la voluntad del PP de no permitir que responda a la nueva mayoría parlamentaria. Con la ley electoral ocurre lo mismo.

P. ¿Pero aún confía en un acuerdo?

R. Yo confío en que llegaremos a tener un nuevo Estatuto, que el PP en algún momento recapacitará y que no permitirá que Galicia quede en situación de inferioridad. Y que, a partir de ahí, también reflexionará y buscará un consenso para la renovación de las instituciones.

P. La reforma del voto emigrante pinta mal a un año del final de la legislatura.

R. El PP tiene una gran responsabilidad, tiene un número importante de escaños imprescindibles para las reformas por mayoría cualificada y en las leyes electorales. Hasta que no modifique su actitud no será posible poner estos temas en la agenda política.

P. ¿Tiene sentido condicionar al consenso la reforma de la ley electoral y amagar, al mismo tiempo, con limitar las mayorías cualificadas?

R. A veces es necesario poner de manifiesto las contradicciones de una situación. Es cierto que se podría funcionar de una manera distinta y, de vez en cuando, es bueno recordarlo, pero la voluntad del Gobierno es conseguir que el PP se avenga a acuerdos. Espero que antes del verano podamos acordar la renovación del Consello de Contas y el nombramiento del Valedor.

P. El Gobierno central no se ha mostrado muy amistoso con su recurso contra la ley de derecho civil de Galicia.

R. Los asuntos jurídicos, al final, no tienen más solución que la de los tribunales. En este caso en el Constitucional. Es una controversia muy académica, pero paralelamente todavía existe un periodo de tiempo en el que ambas administraciones continúan viendo posibles mejoras y cambios en el texto que den satisfacción a las dos partes.

P. De momento, el bipartito está superando cohesionadamente todas sus controversias.

R.. Ha sido un ejemplo de buenas relaciones, cooperación y cohesión. Gobernar es une ejercicio permanente de diálogo y eso enriquece las decisiones, Yo tengo la percepción de que la coalición con el BNG ha sido un descubrimiento. Para nosotros ha sido interesante y enriquecedora.

P. ¿Tiene sentido que continúe en el cargo el secretario general de la Vicepresidencia, Antonio Losada, cuando ha sido citado a declarar como imputado tras su altercado con los policías de la Xunta?

R. No conozco ninguna imputación referida a un alto cargo de la Xunta. Cuando se abren diligencias en un juzgado todavía hay que esperar a la resolución judicial. Este es el caso. No conozco en detalle el asunto, pero un juez practica diligencias y posteriormente abre un procedimiento o lo clausura. Estamos en ese supuesto y no creo que, de momento, se haya producido ninguna situación que lesione la imagen de la Xunta.

P. ¿Cómo se frena la corrupción urbanística?

R. Cuando se habla de corrupción urbanística deberíamos ser moderados en las afirmaciones. Hay muchísimas actuaciones al cabo del año en los municipios de Galicia y la inmensa mayoría son honestas. El gobierno está actuando en el plano normativo y sería bueno que se sumase el PP porque el urbanismo tiene que ser objeto de un gran acuerdo social y político.

P. Los alcaldes que se dedican a la construcción no alimentan precisamente la confianza.

R. No es comprensible que un alcalde o un concejal con responsabilidad de administrar el común de todos sean al mismo tiempo parte interesada. Nadie está obligado a ser alcalde ni concejal; estamos aquí voluntariamente y eso implica que todos aceptamos un mecanismo de incompatibilidades legales y éticas. No puedo entender, y creo que ningún ciudadano lo entiende, que un alcalde pueda decir que hace algo que es legal pero no es ético. Eso no es asumible. La sociedad necesita garantías de que no usamos las instituciones para lucro personal ni del de nuestros allegados o amigos. Y esto hay que exigirlo. Ningún alcalde o concejal debería ser promotor o constructor en su propio municipio.

P. Se aproxima el verano. ¿Le preocupa que se repitan los incendios del año pasado?

R. Fue una experiencia muy dura; hemos aprendido y sufrido mucho. Y estamos evidentemente preocupados. En este momento la política forestal es una preocupación y una prioridad.