La Copa del América hace de oro a Valencia
El impacto económico del torneo de vela que comienza mañana se cifra en 2.000 millones, siete veces más que la edición anterio
La pérdida de la Copa del América se vivió hace cuatro años en Nueva Zelanda como una tragedia deportiva, pero también económica. Si aquel torneo dejó en el país un maná de 290 millones de euros, en el caso de Valencia esa cifra se multiplica por siete. España, pero principalmente la ciudad sede, reciben este año una inyección económica extra de 2.000 millones de euros. Una cifra sorprendente si se considera que no se trata de una empresa, sino de las regatas de 12 barcos de vela: la 32ª edición de la Copa del América, que empieza mañana en la capital valenciana.
La consultora neozelandesa Market Economics Limited analizó lo que supone acoger esta prueba deportiva. Estudió el impacto de las ediciones de 2000 y 2003, ambas disputadas en Auckland. En el caso de Valencia, los análisis son estimaciones basadas en experiencias anteriores y en las inversiones ya realizadas. La Universidad de Valencia, la consultora KPMG y el Centro de Estudios Económicos Tomillo han evaluado el fenómeno del torneo deportivo más antiguo del mundo (comenzó en 1851), y que suscita mayor repercusión económica que popular, al menos en España.
Un informe asegura que el evento ayudará a generar 111.000 empleos en cuatro años
En un informe para la Asociación Valenciana de Empresarios, KPMG estimó que la Copa generará 111.000 empleos en cuatro años y un impacto económico de 3.150 millones de euros.
Según KPMG el impacto económico "será similar al de unos Juegos Olímpicos". Aunque la diferencia de atletas entre unos Juegos y la Copa del América es grande (12.000 contra 388), la estancia total favorece al torneo de vela, ya que en Valencia llevan ya más de un año, mientras que en los Juegos la estancia media es de 10 días.
La repercusión mediática tampoco tiene parangón entre Valencia y las anteriores sedes. En San Diego 95, España generó 204 noticias en televisión y 742 en medios impresos. En la actual edición ya se han publicado 35.000 artículos en prensa y emitido 2.200 horas de televisión. Y aún no ha empezado.
Las abismales diferencias entre Valencia y las anteriores sedes se debe en buena parte a la visión de Ernesto Bertarelli (76ª fortuna mundial según Forbes, y propietario del barco Alinghi), y Larry Ellison (11ª fortuna, propietario de Oracle). El defensor de la Copa y el primer desafiante acordaron no estar gastando dinero cuatro años para competir cuatro meses. Ya que el presupuesto es el mismo, razonaron, convenía realizar regatas más o menos amistosas para ir creando expectativa durante ese tiempo.
La ciudad neozelandesa sólo recibió 29.200 turistas, pero Valencia empieza a notar un crecimiento de visitas. "Seguro que no se debe sólo a la Copa del América", resume José Salinas, director general de Turismo de Valencia. El año pasado la ciudad recibió 1,6 millones de turistas, con un 40% de extranjeros, en éste se esperan dos millones, la mitad de fuera. Las perspectivas del primer trimestre del año confirman los buenos augurios. "Ha crecido un 30% respecto a 2006. De abril a junio, con la competición en su apogeo, habrá una ocupación del 80%, 14 puntos más que el año anterior".
"No hay muchos eventos en el mundo que puedan cambiar una ciudad de esta manera; la Copa del América es una de ellos", zanja Michel Bonnefus, presidente de ACM, empresa organizadora de la competición, otra novedad impuesta por Bertarelli.
ACM fue creada en 2004 y desaparecerá en julio. Emplea a 160 personas y ha ingresado 230 millones de euros, principalmente del Ayuntamiento (90 millones), derechos de TV y patrocinadores. Los tres patrocinadores oficiales (Santander, Endesa y Alcatel-Lucent) pagan cada uno en torno a los 15 millones; y los mecenas (Nespresso, Adecco, Ford, El Corte Inglés, Estrella Damm, Leche Pascual, Coca-Cola y Vodafone), unos cinco millones. En cuatro años el gasto organizativo ha pasado de 16 a 230 millones.
El Centro de Estudios Económicos Tomillo ha elaborado su análisis mirando el futuro. "El gasto estricto es de 2.000 millones de euros; de ellos, 1.035 provienen de las Administraciones Públicas; 516, de los participantes y 410, del turismo".
La gran diferencia respecto a otras ediciones es la implicación pública, ya que las autoridades neozelandesas apenas gastaron 50 millones en 2000 (con nuevo puerto deportivo). "De esos 2.000 millones", aclara Collado, "1.200 se gastan en Valencia. Por el efecto multiplicador de este gasto, el impacto económico se eleva a 6.000 millones, con efectos hasta el año 2015".
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