El alcalde de Alcobendas pierde la batalla

La bronca dentro del PSOE de Alcobendas se ha cobrado su primera baja. A mes y medio de las elecciones municipales, José Caballero, alcalde socialista desde hace 24 años, ha renunciado a ser el candidato de su partido. Argumenta que la mayoría de la lista electoral está formada por gente "hostil y de nula lealtad". La cúpula del Partido Socialista de Madrid le acusa de anteponer su figura a los intereses del municipio, de 104.000 habitantes, una ciudad en la que la batalla electoral se presenta muy ajustada en uno de los municipios más ricos de la región. PSOE y PP están empatados ahora a 12 concejales. "No nos viene bien", reconocen fuentes socialistas. Perder Alcobendas implica que la ganar el gobierno de la Comunidad se aleja.

Caballero, según un dirigente socialista, espetó ante el partido: "¡Yo soy Alcobendas!"

La crisis de los socialistas de Alcobendas se ha consumado tras meses de tensión. José Caballero, de 64 años y alcalde desde 1983, confirmó ayer que se retira como candidato de su partido. La razón que adujo es que de los 26 nombres que le acompañan en la lista sólo dos le son afines. Uno de sus hombres de confianza y concejal de Cultura, Francisco Javier Sánchez, también ha renunciado a la candidatura. "La mayoría de la lista me es hostil y favorable a Manuel Aragüetes

[primer teniente de alcalde y rival de Caballero]", argumentó el regidor a este diario. De nada han servido los intentos de acuerdo hasta última hora con la dirección del partido. Desde el Partido Socialista de Madrid (PSM) apoyan a Aragüetes; reprochan al regidor su resistencia a abandonar el poder y le acusan de anteponer su figura a los intereses del municipio.

El último capítulo de la lucha por la confección de la lista se produjo este martes. Ese día, el actual alcalde informó de su renuncia a Rafael Simancas, secretario general del PSM; Andrés Rojo, secretario de Organización; y Ruth Porta, portavoz adjunta del partido. "Les dije que no iba a encabezar una lista hostil y me contestaron que ésta ya estaba aprobada por el partido", relató. En el otro bando, varias fuentes del PSM señalaron que el alcalde tiene el respaldo de Ferraz (la sede de la Ejecutiva federal del PSOE), por lo que aún se habría enrocado más en su posición. Un miembro de la ejecutiva regional socialista aseguró también que Caballero reclamó ante el partido con vehemencia que debían destituir a Manuel Aragüetes, al grito de "¡yo soy Alcobendas!". Otros miembros de esa ejecutiva añadieron que el pasado octubre Caballero pidió ayuda al secretario general, Rafael Simancas. "En esa conversación, el alcalde transmitió a Simancas que se lo querían cargar al haberse quedado en minoría

[en la agrupación de Alcobendas]", explicaron. "Y alcanzaron un acuerdo en el que Caballero se comprometía a dejar la alcaldía al cabo de dos años si a cambio en su lista iba uno o dos de sus allegados. Ese compromiso se cerró y se incluyeron dos personas, pero Caballero, en el momento en el que se sintió candidato, se creció y pidió más", agregaron.

De manera oficial, Rafael Simancas declaró: "Caballero tiene toda mi consideración personal y política". Y añadió: "Ha sido un magnífico alcalde durante los últimos 24 años". Rojo también quiso dar garantías: "Alcobendas tendrá una candidatura solvente, con el mismo equipo que gobierna desde hace años".

El PSOE intenta transmitir tranquilidad de puertas afuera después de no ofrecer ninguna salida a Caballero. Hacia adentro, Ruth Porta reprochó a Caballero, según la versión de éste, que si renunciaba a ser candidato el PSOE perdería Alcobendas y el partido nunca recuperaría de nuevo la ciudad. "Yo le contesté que ése era su problema, no el mío, que tiempo para arreglarlo ya había tenido", aseguró el regidor. Porta negó anoche este aspecto.

"No es un plato de gusto irme ni me apetece, no estoy inválido", afirmó Caballero. Deja la puerta abierta al regreso si la dirección socialista le acepta tener "un mínimo del 40% de la lista a mi favor y un máximo del 60%". "Lo que no puedo es ir con dos personas afines en una lista de 27. En un primer momento, la agrupación socialista no puso a nadie de mi confianza, ni alguien con quien me hubiese ido a tomar un café en el último año", se quejó. "A los dirigentes de mi partido les falta estrategia, sensibilidad y sentimientos. No han estado a la altura de las circunstancias", concluyó Caballero.