Exhibición total del Manchester

Se supone que la Champions no es terreno abonado para las exhibiciones goleadoras. Es más un territorio para la especulación. Pero, a veces, sale un equipo, como ayer el Manchester, que convierte un partido de vuelta, presuntamente táctico, en una exhibición apasionante, llena de alternativas, pletórica de efectividad y rebosante de goles. En ocho minutos, del 11 al 19, el equipo de Ferguson sacó su mejor versión aprovechando dos cosas: a sus jugadores más inteligentes (léase Fletcher en la recuperación, Carrick en la colocación, Giggs por su sabiduría, y Cristiano Ronaldo por su versatilidad) y la debilidad supina del Roma. Tras el primer gol de Carrick (un primor en la técnica), el equipo italiano que dirige Spalletti con cara de póker, pareció una tropa de aficionados corriendo como pollos sin cabeza.

En ocho minutos le pilló tres veces desnudos en defensa para goce de futbolistas de la habilidad de Giggs, Rooney o Cristiano Ronaldo. Los tres primeros fueron de pizarra. Ni en un entrenamiento, salen mejor. El cuarto desacreditó por completo al Roma. Mexes se fue hasta campo contrario persiguiendo absurdamente a Giggs... y gol de Cristiano Ronaldo, que se buscó un pasillo con un quiebro de cintura y un disparo seco. De Totti no había noticias, ni de Mancini, ni de Vucinic. La gasolina les duró cinco minutos. Apenas De Rossi, un medio centro inteligente y visceral, enseñaba en Old Trafford algunos argumentos futbolísticos, que coronó con un gol fantástico, pero anecdótico.

El festival era rojo. El Manchester jugaba a base de tres o cuatro toques, con una velocidad de vértigo. Demasiado para el Roma que había encajado cuatro goles sin saber que había pasado. Para concluir el asalto, Cristiano Ronaldo empujó un centro cruzado de Giggs, que de una u otra manera estuvo metido en casi todos los goles. A sus 33 años, el galés, ahora medio punta, es una garantía en el contragolpe. Y luego Carrick se sacó otro derechazo que se fue a la escuadra. Y De Rossi una volea increíble para la estadística. Y Evra otro zurdazo inesperado. Goles y más goles para un Manchester tan impecable como implacable en un partido inolvidable.