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Una droga que causa una gran dependencia desde el principio

F. Javier Barroso

Se veía venir. Ésa es la frase que más repiten los especialistas de la policía y del tratamiento de toxicómanos sobre el aumento del consumo de heroína en Madrid. La cosecha de 610 toneladas de opio en Afganistán previstas para este año hace que esta droga tenga una amplia oferta y que crezca el número de clientes en la región.

Los efectos de la heroína son inmediatos, según recuerda el especialista en drogas, José Manuel Torrecilla. Crea graves problemas en el ámbito neurológico y cardiovascular, sobre todo, si se consume inyectada. La pureza de las dosis oscila entre el 15% y el 30%. Ésta depende del lugar donde se compre y de las adulteraciones que haya sufrido el estupefaciente en las diversas compraventas que haya tenido.

El resto son sustancias de corte de todo tipo, como cafeína y paracetamol. "El hecho de que las generaciones de jóvenes no vean el sida como una enfermedad mortal ha hecho que se vuelva a esta droga que estuvo vinculada con el VIH durante muchos años. Para los más jóvenes, el sida es una enfermedad crónica y no ven problemas en pincharse la droga, del mismo modo que están empezando a tener relaciones sexuales sin preservativo", comenta Torrecilla.

Consumo en 'chinos'

Sin embargo, el pinchazo está mal visto en una sociedad que aún no se ha recuperado de drogadictos que se habían convertido en personas muy enfermas sin casi resistencia. Por eso, la forma más habitual de consumir esta droga suele ser esnifada o a través de los chinos (especie de cigarrillos hechos con papel de aluminio en el que se quema la heroína).

Uno de los grandes negocios en los poblados marginales donde se vende droga, como Las Barranquillas (Villa de Vallecas) o El Salobral (Villaverde) consiste en distribuir estos papeles de aluminio a un alto precio. Así, algunos toxicómanos se sufragan sus dosis.

"Es una droga que engancha desde el principio. Los efectos son mucho más fuertes si es inyectada en vena, pero resulta menos atractivo. En la bajada de ese subidón, se dan problemas de angustia y de malestar", recuerda el experto en drogas. Es una salida distinta del consumo de cocaína. "La heroína tiene un potencial adictivo enorme y luego produce efectos muy importantes, como el llamado mono. El cuerpo se ha habituado a ese consumo y, cuando le falta, reclama una ingesta", añade Torrecilla.

Otro factor que ha ayudado, según este experto a que aumente el consumo es la saturación que ha sufrido la cocaína por parte de los consumidores. "Se ha producido el efecto péndulo. Antes estaba bien vista, pero ahora ya se ha popularizado", concluye.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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