Padres estúpidos

Homer Simpson y Peter Griffin tienen algunas cosas en común. Aficionados a la televisión y la cerveza, de preferencia en el bar de costumbre junto a los amigotes, tienen unos trabajos mediocres, unas esposas sensatas y atractivas (para ser dibujadas) que mantienen a flote el hogar, unos hijos algo frikies y un ínfimo nivel intelectual. Son unos padres bastante estúpidos, pero sus barrabasadas tienen mucha gracia. La gracia de las burradas y el delirio.

Los Simpson siguen estando en todo lo alto de los niveles de audiencia en España. Es la serie estrella de Antena 3, aunque últimamente se repiten muchos capítulos y los guionistas empiezan a flaquear. Ahora a Los Simpson les ha salido una réplica mucho más ácida y mordaz en Padre de familia, que se emite en La Sexta dos veces al día. En casa de los Griffin, el humor es llevado hasta el absurdo, lo surrealista y, desde luego, lo políticamente incorrecto. La serie está plagada de guiños sarcásticos y parodias de películas, otros programas de televisión y personajes reales. No todos se entienden fuera de EE UU. Tiene además otros personajes que cuesta comprender al principio, como el bebé Stewie, que odia a su madre y es un megalómano belicista, y el perro, un dandi alcohólico y culto. Cuando les coges el punto, funcionan.

Lo curioso en estas series de animación para adultos -y sobre todo adolescentes- es el esquema familiar. Se mantiene el núcleo tradicional, pero se subvierten los papeles. Un adagio del siglo XXI dice: las mujeres son los nuevos hombres, los niños son los nuevos adultos y los hombres son los nuevos niños. Se refiere al mundo real, aunque encaja bastante bien con los Simpson y los Griffin.

Son series en la estela de South Park, Beavis & Butthead, Padre made in USA o El rey de la colina, que parten de los guionistas de humor más crítico y demoledor realizado en Estados Unidos, herederos del cómic underground. Padre de familia parece un programa para tontos. Es para inconformistas, irrespetuosos. Para hijos listos capaces de querer a sus padres bobos.